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Amante del buen comer
Desde nuestra infancia vamos marcando nuestro rumbo, generalmente en búsqueda de felicidad y plenitud. Desde que somos niños, diferentes ideas, comportamientos, temperamentos y gustos se van albergando en nuestra mente y corazón. Muchos de ellos se realizan rápidamente, muchos más tienen que esperar a que pase el tiempo, la vida o circunstancias que lo permitan.
Recuerdo que cuando era niña, y quienes son de los ochenta quizá lo recuerden también, había un simpático juego de papel. El juego consistía en lo siguiente: en una hoja con varios dobleces de forma horizontal (tipo abanico), quien lo proponía escribía en cada doblez 3 posibles respuestas a una pregunta, casi siempre relacionadas con el futuro. Por su parte quién recibía el juego, sin ver esas respuestas y de forma azarosa, escogía una respuesta. Así, el cúmulo de respuestas daba como resultado “la vida futura” de quién lo contestaba.
Se preguntarán por qué les hablo de esto. La respuesta tiene que ver con nuestra reseña de hoy, casi 25 años después de aquellas aventuras de primaria, y es que una de las preguntas que invariablemente aparecía en este juego era “¿A dónde te irás de luna de miel?”. Mis amigas y yo siempre consideramos que la mejor respuesta era: Hawaii.
Muchas situaciones y muchos viajes han pasado desde entonces. He tenido la dicha de visitar lugares extraordinarios pero siempre guardando ese lugar especial a la famosa isla del Hula. Si bien no fue una luna de miel lo que me llevó a ella, sí fue un cambio radical en mi vida lo que lo plantó en mi cabeza. Hawaii sí es ese lugar mágico que todos imaginamos.
Hawaii, una de las estrellas de la bandera de los Estados Unidos, es un archipiélago conformado por 6 islas, de las cuales la más importante por tamaño y por su implicación económica es Ohua, donde además se encuentra la capital Honolulú. Una semana libre no esperada en mi vida “Godínez” me permitió deleitarme de la capital de la piña, el surf, los hibiscos y los frangipanis (plumerias). Las actividades a realizar en la isla son muchísimas, aquí me limitaré a referirles sobre la deliciosa experiencia gastronómica que viví ahí.
Piña por aquí y piña por allá. El producto típico de la isla es la piña y aprovechándose de ello, la utilizan en todas sus posibles presentaciones. En este viaje tuve oportunidad de disfrutarla colada frente a la playa y como parte de un delicioso coctel de frutas, cuyo plato era la piña misma, acompañado de acai, frutos rojos y helado. Delicioso premio que apareció al terminar una carrera bajando del cráter más famoso de Ohua, el Dimond Head.
Les Orchids.[1] Uno de los restaurantes más reconocidos de Hawaii es sin duda Les Orchids del hotel Hanekulani. Con su espectacular vista hacia el mar, aunado de excelentes platillos y un servicio amablísimo, Les Orchids presenta una carta versátil con platillos oriundos, a la vez que comparte con aquellos representativos de las culturas que habitan el lugar. Ahí tuve la oportunidad de deleitarme con un fresco y amable onaga (pez típico de la zona) cuya calidez permitía deleitar cada bocado. Mi plato fuerte fueron unos exquisitos ravioles de cangrejo y azafrán, cuya combinación era un vals armonioso capaz de deleitar a cualquier conocedor. El postre, sin duda uno de los grandes ganadores, fue un esponjosito y jugoso pastel casero de coco. Todo ello, más el atardecer a mis pies, hicieron de esa tarde un momento que jamás olvidaré.
Gyu-Kaku[2]. Uno de los lugares que más disfruté por la experiencia completa fue este barbecue japonés. La influencia asiática en la isla es altísima y Japón es uno de los más representativos ahí. En este lugar, pequeñito, donde cada mesa tiene su propia parrilla, las opciones son diferentes planes “todo lo que pueda comer” que en lo que varían es en la cantidad de opciones o los tipos de proteína animal. Por supuesto, como buena amante del buen comer® me dejé ir por el Premium, el cual incluía carne kobe, lengua, y mi favorito el harami. Éste último sin duda fue un deleite de esos que hacen perder la razón mientras se prueban. Verduras, dumplings, sopa miso y brochetas acompañaron este festín donde la carne fue el gran protagónico.
Original Roy´s[3]. Como su lema lo dice, la comida es internacional con inspiración hawaiana, a lo que se le suma un ambiente versátil y rico. La carta del lugar es amplísima, por lo que preferí irme por el menú sugerencia de Roy. De ese menú mi favorito fue un carpaccio de kampachi (pescado típico de la zona) fresquísimo y auténtico que sin duda hubiera repetido. Mi plato fuerte fue un delicioso pescado blanco de la isla con una costra de macadamia acompañado de espárragos salteados. De este lugar es de destacarse su carta de cocteles y lo rico de sus martinnis.
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Tim Ho Wan[4]. China es una de las culturas que más ha influido en Hawaii y su gastronomía también es parte de. Acompañada de dos buenos amigos precisamente de esa nacionalidad, es que disfruté de varios platillos al centro como lo establece su tradición. La verdad es que disfruté muchos platos, pero los que destacaron fueron los panes rellenos de cerdo al barbecue, los dumplings de camarón, la berenjena con camarón tempura, los frijoles rojos y me sorprendió el estofado de arroz con relleno de cerdo envuelto en hoja de plátano (cual tamal mexicano pero en lugar de masa, arroz). Dignos de recordar son los dim sum de arroz dulce con ajonjolí, un delicioso postre que repetí como 3 veces.
Marukame Udon[5]. Los noodles o fideos chinos son un ícono también de la isla y gracias a la recomendación de mis amigos es que llegué al lugar más aclamado para degustarlos ahí. Con un servicio tipo comida rápida donde al avanzar por la fila el comensal va solicitando sus platillos, comer en Marukame Udon es un lujo dada la fila interminable que en ocasiones presenta. Ahí pedí un deliciosos Nikutama Udon, fideos en caldo acompañados de una porción suave, jugosa y deliciosa de carne de cerdo, con huevo y especias. La combinación y tamaño de la porción sin duda satisficieron mi voraz hambre y pusieron feliz mi corazón.
Eggs´n things[6]. No podemos olvidar que Hawaii es parte de los Estados Unidos y al visitar este país, por lo menos yo, no dejo pasar la oportunidad de deleitarme con un desayuno típico de allá. Con eso en mente es que visité este afamado lugar. Ahí tuve mi grandioso desayuno americano pero con toque hawaiiano. Unos deliciosos hot cakes esponjositos con una sabrosa salsa de coco y trozitos de macadamia dieron la suculenta bienvenida a mi día, ellos obviamente acompañados de su respectivo huevito revuelto y trozos de salchicha. Valió toda la pena.
A todo ello queda pendiente la reseña de mi favorito en la isla: Nanzan Giro Giro. Su exquisitez merece todas mis líneas y pronto las tendrán ante sus ojos.
Queridos amantes del buen comer® si la vida se los permite, dense la oportunidad de deleitarse de este paradisiaco destino. Sus paisajes, su interculturalidad y su belleza son afrodisiacos que hay que probar. La experiencia es única y les garantizo que su corazón bailará de emoción.
¡Buen Provecho!
Amante del Buen Comer®
[1] https://www.halekulani.com/dining/orchids-restaurant
[2] https://www.gyu-kaku.com/waikiki/
[3] http://www.royshawaii.com/
[5] https://www.tripadvisor.com/Restaurant_Review-g60982-d2188078-Reviews-Marukame_Udon_Waikiki-Honolulu_Oahu_Hawaii.html