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En días recientes se liberó el primer póster de la nueva versión de El complot mongol, con Damián Alcázar, Eugenio Derbez y “Chabelo”. Desde su anuncio, los seguidores de la obra de Rafael Bernal, adaptada al cine en 1977, cuestionaron el casting masculino de la cinta de Sebastián del Amo.

El complot mongol narra las peripecias del matón Filiberto García por desmantelar una conspiración que busca asesinar al presidente de los Estados Unidos. En el Barrio Chino de la Ciudad de México, Filiberto conoce a Martita, una joven de ascendencia china.

En el remake es la uruguaya Bárbara Mori -antes lo hizo Blanca Guerra- quien recurre al maquillaje de caracterización. Mori es una Marta Fong que viste su cultura: usa el qipao y adorna su cabello de la forma tradicional. Desde julio de 2017 -cuando se anunció que la actriz encarnaría a una mujer asiática- a la fecha, la atención en redes y medios no cuestionó la selección.

Yellowface y Hollywood

En Hollywood la adaptación del manga Ghost in the Shell fracasó en taquilla. En un análisis sobre estos resultados, Scott Mendelson enlista la controversia que generó el anuncio de Scarlett Johansson en el papel principal.

“Si bien no creo que a los cinéfilos ocasionales les importe un poco, sí creo que lastimó porque (el tema) dominó la cobertura en medios.”

La actriz interpretó a la agente Motoko Kusanagi y fue acusada de whitewashing, la práctica en la que los actores blancos interpretan personajes de color. También se reveló que Paramount intentó realizar modificaciones digitales en Johansson para que se viera asiática.

Utilizar maquillaje o alguna técnica para que el rostro de una persona se vea asiático se conoce como yellowface. Hollywood tiene historia con las “caras amarillas”, pero hoy por hoy los estudios y los actores saben que estas decisiones no pasarán desapercibidas por el público y la crítica.

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‘Caras amarillas’ en México

La primera “cara amarilla” en México sucedió a finales de los ochenta en la telenovela El pecado de Oyuki. Ana Martín interpretó a una geisha explotada que encontró el amor en un joven pintor inglés. La mexicana pasaba por más de dos horas de maquillaje para conseguir los ojos rasgados. Esta rutina la llevó a tener afectaciones que sólo pudo librar tras una cirugía.

La mexicana pasaba por más de dos horas de maquillaje para conseguir los ojos rasgados.

“La piel de una actriz no tiene color, no tiene nacionalidad, es flexible”, apunta una cápsula sobre esta, la primera telenovela mexicana con temática extranjera.

Treinta años después las reacciones al personaje de Mori nos muestran que en México no existe una conversación sobre el tema.

La estética del nuevo Complot Mongol contempla la riqueza china, sus colores y formas. Los primeros vistazos dan cuenta de que hay actores asiáticos en algunos papeles, pero esa “apreciación” no basta para que Martita sea asiática, no hablemos siquiera de una actriz china.

En 2018 Crazy Rich Asians, la cinta con un elenco completo de asiáticos americanos, se convirtió en un éxito en taquilla. En la ceremonia del Globo de Oro, Sandra Oh bromeó al señalar que se trataba de “la primera película con una protagonista asiática en Estados Unidos desde Ghost in the Shell y Aloha!

Mientras Hollywood abre el debate, en México reconocemos la labor del maquillista.

Tal vez los mexicanos no estamos listos para esta discusión. ¿O alguien se animará a aventarse un chiste del estilo en el Ariel?