Twitter: @LuzJaimes
Él fue por ella y la encontró. Nadie les regaló nada. Hacía tiempo que él no estaba cerca de una piel así. Ha conocido muchas, imponentes. Nadie como ella desde entonces. Cuando una tez brilla de esa forma, opaca murmullos. Tiene la sonrisa de una mujer que nunca ha sido lastimada por un hombre y cuando su melena obscura vuela junto al mar, es más fuerte que una pared construida de rencores.
Un par de niños la extraña, otros no recuerdan. Uno de ellos añora el sonido de su voz y la otra quiere ser así. Su arrogante seguridad. La certeza de saber que es perfecta porque no vive en un mundo de comparaciones.
“Cuando era grande tú también estabas ahí pero eras otra.”
“When I was old you were also there, but you were someone else.”Photo by @CarlosSomonte @ROMACuaron #ROMACuarón pic.twitter.com/7RihnxY99b
— Alfonso Cuaron (@alfonsocuaron) 20 de febrero de 2019
El lazo que se teje entre dos seres que están en ambos lados de una cámara es inexplicable. El privilegio es conectar con otro hasta lo más profundo y en secreto. Como si no necesitaras esconderte de ti mismo cuando estás con él. La vela necesita del espejo para proyectar su luz.
Alfonso. Vas por ahí, como si fuera en ello toda tu infancia. Como si la vida no hubiera sido igual sin ti. Y ahí está ella, Libo. La otra ninfa. Ahí está, la colonia Roma y nuestros pasos sobre su recuerdo. Cuando un hombre ama cuida los detalles.
Yalitza. No todos abrazamos la opresión. Tu sonrisa sabe traspasar los barrotes de sus muros. Lo aprendió de culturas milenarias, pisoteadas. Naciste en el ombligo de la luna. La ninfa perfecta para el mundano. A partir de ahora y para siempre, actriz.
La ignorancia es necia por naturaleza. Nadie sabe lo que tuvo que ocurrir para nacer. Estás de encargo; solo queda ganar.