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El éxito es un concepto que nos han inculcado culturalmente como una especie de etiqueta que nos marca como seres felices, triunfantes en la vida y por lo tanto, aceptables. Tal parece que al nacer nos dan junto con el acta de nacimiento, un papiro en donde vienen las indicaciones para tener éxito y es entonces cuando la decadencia humana comienza puesto que lo que hay detrás de esa noción de éxito es un control ya Foucault lo advertía al hablar sobre el lamentable aspecto de la modernidad, donde la finalidad parecía ser más controlar a las personas que liberarlas y en efecto, somos esclavos de nuestras propias aspiraciones las cuales están fundadas en este modelo socialmente impuesto condenado al fracaso.

Seguir alimentando esas expectativas sociales que nos tomamos como propias es justo lo que ha generado un mundo de fracasados y no porque realmente seamos fracasados sino porque cubrir expectativas ajenas es imposible pero nadie nos dice que está bien no hacerlo.

¿Cómo escapar a la escalada de la decepción en el momento de “cero defectos” generalizado?

Fuente: maternidadatipica.wordpress.com

Cuando se promete la felicidad a todos y se anuncian placeres en cada esquina, la vida cotidiana se torna una dura prueba. Más aún, cuando la calidad de vida en todos los ámbitos (pareja, sexualidad, alimentación, hábitat, entorno, ocio, etc.), es hoy el nuevo horizonte de espera de los individuos. ¿Cómo escapar a la escalada de la decepción en el momento de “cero defectos” generalizado? Cuanto más aumentan las exigencias de mayor bienestar y una vida mejor, más se ensanchan las arterias de la frustración.

Los valores hedonistas, la superoferta, los ideales psicológicos, los ríos de información, todo esto ha dado sitio a un individuo más reflexivo, más exigente, pero también más propenso a sufrir decepciones. Después de las culturas de la vergüenza de la cultura de la culpa, henos ahora en la cultura de la ansiedad, la frustración y el desengaño. Y el éxito se muestra ante nosotros como una especie de espejismo, un sitio cada vez más lejos a nuestra realidad pero siempre como el sentido de la misma. Una tiranía invisible que nos invade hasta la entraña y nos hace serviles a nuestros deseos más frívolos e incluso algunos inhumanos, pues dan origen a emociones que nos dañan como la competencia, la envidia, el celo.

Fuente: asegurandome.com.ve

El éxito es entonces un concepto que debemos deconstruir, repensarlo con una connotación que nos permita construir una sociedad más justa y con un bienestar común. El yugo de esta tiranía nos ha hecho más daño como individuos nos ha vuelto timoratos ante nuestros propios sueños ¿cuántos no han dejado de hacer lo que en verdad aman por cubrir esas expectativas y alinearse a esos lineamientos sociales de lo que se denomina éxito? ¿No les parece en suma agotante vivir en función de ello? Hoy les invito a que se liberen de las cadenas del éxito y comiencen a buscar su propio andar ¿qué mas dá si eres o no exitoso para la sociedad?

Nadie vive nuestra propia vida y más vale vivirla siendo feliz que buscando simular serlo.