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En mi anterior Columna escribí sobre el contexto histórico, político y los alcances democráticos que significó la alternancia en la gubernatura de Baja California en 1989. Hoy a 30 años de este hito histórico, el PAN como gobierno estatal afronta una crisis al interior de su instituto político, sumándose la falta de credibilidad frente a los bajacalifornianos debido al desgaste en el ejercicio del poder y a las cuestionadas administraciones en la gubernatura y presidencias municipales, donde se han incrementado la inseguridad y la corrupción, principalmente.

 

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En este sentido, el partido blanquiazul durante las últimas tres décadas ha repartido victorias con el PRI, el cual, ha ganado diputaciones locales y municipios clave, alternando el poder y provocando permanentemente un gobierno dividido que ha sido un contrapeso en Baja California.

Es decir, tanto el PAN y el PRI han acaparado los triunfos electorales más importantes dejando a los demás partidos políticos como figuras satelitales y testimoniales; cabe señalar, que durante estos años la izquierda representada por el PRD no logró ganar localmente algún municipio por sí sola y mucho menos el gobierno estatal cuando tuvo su auge electoral con Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente.

Es así, que el voto de los bajacalifornianos que ha hecho ganar al PAN en cinco ocasiones consecutivas la gubernatura desde 1989, no ha tenido el mismo peso y destino en las urnas en las elecciones para diputados locales y presidentes municipales. Este voto diferenciado ha dejado ver a un electorado volátil, indicando que es una sociedad que razona al emitir su voto para castigar o refrendar su confianza, tanto, a candidatos del PAN como del PRI, destacando en estas décadas que la población de Baja California no simpatizó con la opción política de izquierda.

Al respeto, en 1995 el PAN ganó la gubernatura con 324,901 votos (49.59%); mientras el PRI obtuvo 270,006 de votación (41.22%). En la elección para diputados locales obtuvo 13 de 15 de mayoría relativa con 306,801 votos (47.10%); y el PRI sólo ganó 2 diputados por ese principio con 267,645 votos (41.09%) y significó que le asignarán 9 diputados de minoría, teniendo en total 11 legisladores; por su parte, el PRD sólo logró 2 diputados de minoría con una votación de 31,975 (4.91%). En la elección Municipal el PAN ganó la capital Mexicali con 116,204 votos (48.05%) y Tijuana con 151,854 votos (51.86%); por su parte el PRI triunfó en Tecate obteniendo 13,042 votos (59.31%) y Ensenada con 42,839 votos (45.26%).

En 2001, el PAN en Alianza con otros partidos ganó la gubernatura con una votación de 266,175 (48.69%); mientras en PRI obtuvo 200,363 (36.65%). En la elección de diputados locales el PAN ganó 12 de 16 curules de mayoría con 248,645 votos (45.64%); el PRI logró sólo 3 curules de mayoría y 7 de minoría con 192,013 (35.24%); y el PRD mantuvo sus 2 diputados de minoría con el  36,898 votos (6.77%) y por primera vez el PVEM ganó un curul de mayoría. En los comicios municipales, el PAN volvió a ganar la capital Mexicali con  95,674 votos (50.19%), Tijuana con 108,921 votos (46.80%), Playas Rosarito con 6,324 votos (41.82%) y le ganó Ensenada al PRI con 32,262 votos (38.55%); mientras el PRI volvió a ganar Tecate con 7,862 (38.33%).

En 2007, el PAN en coalición con Nueva Alianza y Encuentro Social ganó la gubernatura con 430, 340 votos (50.43%); mientras el PRI coaligado con el PVEM y el partido de Baja California obtuvo 376, 457 (44%). En la elección de diputados locales el PAN ganó 11 de 16 de mayoría y 1 de minoría con 406,398 votos; en cuanto al PRI logró 2 victorias de mayoría, 4 de minoría y 2 de lista, teniendo así 8 diputados con una votación de 350,350; en tanto, el PRD disminuyó a 1 diputado de minoría y el PVEM mantuvo a su diputado; y por primera vez gracias a la alianza con el PAN, el partido Nueva Alianza ganó 2 curules de mayoría y 1 diputado Encuentro Social. En los Municipios el PAN gana nuevamente la capital Mexicali con 133,835 votos, Tijuana con 196,779 votos, Ensenada con 52,927 votos y logra arrebatarle Tecate al PRI con 13,093 votos; mientras el PRI logra ganarle Playas Rosario al PAN con 15,953 votos.

En las elecciones intermedias de 2010 la coalición del PRI y el PVEM tuvo su mejor cosecha electoral desde 1989, ganando 12 de 16 diputados locales de mayoría y 1 plurinominal con 346,510 votos; mientras el PAN en coalición con Nueva Alianza y Encuentro Social, sólo obtuvo la victoria en 2 diputaciones de mayoría y 4 legisladores plurinominales con 309,206 votos; en tanto Nueva Alianza y PVEM lograron 1 diputado de mayoría, respectivamente; el PRD mantuvo 1 diputado plurinominal. En la elección municipal, el PRI y sus aliados ganaron los 5 municipios con una votación total de 363,564.

 En 2013, el PAN en una coalición contranatura con el PRD, Nueva Alianza y otro partido ganó la gubernatura con 442,868 votos (47%); mientras el PRI en Coalición con el PT, PVEM y Encuentro Social obtuvo 417,909 votos (44%). Resaltando que la participación fue históricamente baja con apenas el 36.77%, mientras el abstencionismo alcanzó el 63.23%. En la elección para diputados Locales el PAN ganó 5 de 17 diputados de mayoría y 2 plurinominales, en tanto, el PRI coaligado con PT, PVEM y Encuentro Social logró 5 diputados de mayoría y 3 plurinominales; el PRD logra ganar por primera vez 1 diputación de mayoría; Nueva Alianza ganó 2 diputados de mayoría; el PT también gana 1 curul de mayoría y un plurinominal; Encuentro Social 1 de mayoría y Movimiento Ciudadano obtuvo 2 diputados plurinominales. En la elección municipal el PAN ganó la capital Mexicali y logró quitarle Playas Rosarito al PRI; mientras los priistas se quedaron con el triunfo en Tijuana, Ensenada y Tecate.

En las elecciones intermedias de 2016 el PAN ganó 13 de 17 diputados de mayoría; mientras el PRI sólo obtuvo 3 diputados de mayoría y 2 plurinominales; el PT ganó 1 de mayoría; y Morena logró 2 diputados plurinominales. En las presidencias municipales, el PAN ganó la capital Mexicali con 83,503 votos, recuperó Tijuana con 95,252 votos y mantuvo Playas Rosarito con 10,334 votos; en tanto, el PRI mantuvo Ensenada con  33,296 votos y Tecate con 9,236 votos.

En 2018 en la elección presidencial donde se eligieron diputados federales y senadores los grandes derrotados fueron el PAN y el PRI, y Morena se posicionó como la primera fuerza federal en Baja California debido a la imagen de Andrés Manuel López Obrador y que liderazgos locales emigraron a las filas del partido guinda, ganando en coalición con Encentro Social y PT las 8 diputaciones de mayoría con una votación total de 835,800 votos y la senaduría con 58,414 votos.

Como se pudo observar, a partir de la elección 2013 la participación ciudadana bajó considerablemente, demostrando los electores su cansancio en la forma de gobernar del PAN y el PRI.

 

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Pese a eso el PAN logró ganar la gubernatura y controlar la Capital, Mexicali, que sólo perdió en 2010 frente al PRI y los priistas se mantuvieron compitiendo en las diputaciones locales y presidencias municipales, pero, a partir de las elecciones locales de 2013 y 2016 su votación vino a la baja, lo que se reflejó en la elección federal de 2018.

Para ambos partidos políticos, las fracturas internas, los casos de corrupción, la inseguridad y la falta de resultados en sus políticas públicas de bienestar y desarrollo han ocasionado que el PAN pueda perder la Gubernatura, y el control territorial sustentado en las diputaciones locales y municipios y el PRI corre el riesgo de no ganar diputaciones y municipios que ha alternado con el PAN.

Pero, hay que considerar que el voto en Baja California tiene dos aspectos que lo hacen peculiar históricamente, es razonado, el cual, se basa en resultados y también coyuntural donde la influencia de los liderazgos políticos tiende a decidir el sufragio de la población.

También, es importante mencionar que el voto ciudadano para elegir al gobernador sea mantenido constante; sin embargo, es volátil al momento de elegir diputaciones locales y presidentes municipales pese a malos gobiernos, por lo que, Morena puede no llevarse carro completo el próximo 2 de junio.

Cabe señalar, que el voto en Baja California, no simpatizó con la izquierda del PRD cuando tuvo su auge electoral con Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.

Pero, Morena en Baja California esta fortalecido, principalmente, por los liderazgos de otros partidos políticos que han emigrado a sus filas y por la popularidad del Presidente Andrés Manuel López obrador, lo que, podría ser factor para uniformar el voto en la Gubernatura, Diputaciones y Presidencias Municipales, rompiendo con la tradición de 30 años del voto volátil y diferenciado. Aunque siempre está latente el factor error en lo que se dice y hace a nivel federal.

Ante este escenario, es necesario que gane quien gane, Baja California tenga prosperidad, seguridad, bienestar y desarrollo, y, que mejor si es con pluralidad y oposición política, ya que, esta fortalece la democracia, mientras la hegemonía de un partido político la disminuye. 

En mi próxima columna escribiré sobre la importancia que tiene el municipio de Tijuana en la elección para gobernador de Baja California.