Twitter: @AlfiePingtajo
En esta columna continuaré el tema de mi columna pasada Sobre por qué me tiene deprimido la cultura.
Les comparto las características que debe tener la persona que dirija una institución gubernamental de cultura:
- La Cultura no debe ser un elemento más en su vida, la Cultura debe ser parte primordial de su vida. Sólo el que ama al ente Cultura será capaz de cuidarla y mejorarla.
- Noción amplia de todas y cada una de las disciplinas artísticas, así como elementos tangibles e intangibles que conforman y/o definen a la Cultura.
- No tener una orientación marcada hacía alguna disciplina artística, pues eso podría ser indicador de que apostaría por alguna disciplina y descuidaría otras.
- Experiencia en el ámbito gubernamental y sobre todo en puestos que hayan involucrado procesos de gestión de recursos económicos, gestión y manejo de proyectos y probado éxito en la ejecución de estos.

- Conocimiento de las políticas culturales aplicadas con éxito, las que han fracasado y las nuevas vertientes que se están trazando. Esto ayudará a entender qué proyectos conservar, eliminar y crear.
- Entendimiento de las principales leyes, reglamentos, códigos y acuerdos existentes sobre Cultura y así tener las herramientas para fortalecer la Institución Cultural que va a dirigir.
- Capacidad para analizar las variables que explican al gestor el por qué sí y por qué no el usuario se acerca a la Cultura. Eso le permitirá analizar el fenómeno y así ofrecerle lo que busca, necesita y podría gustarle.
- Vínculos con los principales o más destacados políticos, empresas, fundaciones, gestores y creadores culturales tanto de la entidad a la que pertenezca como a nivel nacional.
- Reputación positiva con todos los entes que conforman la comunidad cultural: usuarios, comunidad artística y colegas del ámbito.
- Carrera probada en el ámbito cultural donde esté plasmada su experiencia en diversos puestos que demuestren que es una persona que ha sabido seguir y dar órdenes.
- Lealtad, fidelidad y agradecimiento a las personas que han apoyado a su persona a lo largo de su vida. Y que, probablemente, serán las que impulsarán y apoyarán su nombramiento. Y si no existiesen los primeros, aplicaría a las personas que le otorguen su confianza para encabezar dicha Institución.
Considero que estos componentes serían los básicos y podrían darle a la persona las herramientas necesarias para conformar exitosamente al equipo que le ayudará a llevar a buen puerto el desenvolvimiento de una Institución Gubernamental de Cultura.
Acompañado a esto, el líder de la Institución cultural deberá tener la suficiente humildad para entender que no triunfará si no confía y dialoga con su equipo de trabajo. Un líder que no potencia las virtudes de su equipo va encaminado al fracaso.
Por otro lado, el creador deberá realizar su proyecto cultural y sumarse, si lo cree conveniente, a lo que realice la institución gubernamental de cultura. El creador que depende de lo que haga o deje de hacer el Estado no debería llamarse independiente.
El creador tendría que entender que la obligación del Estado es crear políticas culturales para impulsar su carrera, más no proveerle eterna manutención.