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Antier, el departamento de Inteligencia Nacional de Estados Unidos presentó su reporte de amenazas y riesgos mundiales para la nación norteamericana. Una investigación que con base en toda la inteligencia estadounidense ha determinado cuáles serán los retos para Estados Unidos en los siguientes años.

Si bien Trump prometió regresar a Estados Unidos a la era de la hegemonía global, la realidad dista mucho de su propuesta.

Así, el reporte revela que desde 1950 Rusia y China no habían estado tan alineados en su agenda internacional como el día de hoy y su intento de incrementar su influencia global desembocará en conflictos regionales especialmente en Medio Oriente y el Este de Asia. De la misma forma, en los últimos meses muchos de los aliados de Estados Unidos han buscado una mayor independencia de Washington y se han mostrado abiertos a considerar nuevas alianzas con otros países. Y frente a esta complicada situación diplomática, los retos en la agenda global son aún mayores.

Si bien el reporte establece una lista de 10 amenazas junto con un análisis de las amenazas regionales, es importante destacan:

  • La amenaza digital

El aumento de capacidad digital de países como Corea del Norte, Rusia y China hoy es una de las mayores amenazas para la seguridad nacional de Estados Unidos. En los siguientes años es probable que el ciberespionaje, los ataques a los sistemas de infraestructura e inclusive la intervención electoral se vuelvan una de las armas más poderosas de muchos países contra Estados Unidos.

  • Terrorismo

Si bien muchos analistas consideraron que el Estado Islámico había sido derrotado, el reporte presenta una serie de datos que muestran al EI activo y buscando incrementar su poder. Se estima que actualmente cuenta con 8 ramas, más de una docena de redes y miles de seguidores alrededor del mundo, no es lo mismo que fue hace unos años, pero cualquier vulnerabilidad en el sistema de seguridad internacional podría dar paso a ataques terroristas. De la misma forma, el fortalecimiento de Al Qaeda en Afganistán y la expansión de movimientos extremistas en el Medio Oriente presentarán un reto sustancial en la región.

  • Armas de destrucción masiva

Si bien hace unos meses Donald Trump salió a anunciar el éxito de su reunión con el líder de la República de Corea del Norte, Kim Jung-Un, parece que el dialogo no logró mucho. El reporte de Inteligencia Nacional establece que, si bien la nación norcoreana no ha realizado pruebas nucleares en los últimos meses, es poco probable que Corea del Norte ceda sus armas nucleares a pesar de las ofertas de Estados Unidos. De la misma forma, el reporte considera que China y Rusia continuarán expandiendo su armamento y buscarán desarrollar nuevos sistemas armamentistas en los siguientes meses.

El reporte de Inteligencia Nacional presenta siete amenazas más frente a las cuales Estados Unidos ahora tiene el reto de desarrollar una estrategia para proteger y avanzar sus intereses.

Lo más destacable del análisis es que en ninguna de las amenazas se refleja la necesidad inminente de construir un muro con México o retirar a Estados Unidos de la OTAN.

Las agencias de inteligencia y de seguridad estadounidenses han presentado una lista de amenazas para Estados Unidos que dista mucho de la agenda del presidente de Estados Unidos y esto es un problema. Una de las funciones más importantes del Poder Ejecutivo es la seguridad nacional, pero ¿qué sucede cuando los objetivos del presidente y las agencias de inteligencia no están alineados?

La agenda de política exterior del presidente Trump para los siguientes meses se perfila a estar enfocada a la construcción del muro con México y la negociación comercial con China y Corea del Norte. No obstante, si algo refleja el reporte es que hoy en día existen varios frentes donde Estados Unidos no cuenta con las estrategias y herramientas para garantizar su seguridad.

La insistencia del presidente Trump en seguir la agenda de Fox News y otros comentaristas e ignorar a las agencias de inteligencia ha puesto a Estados Unidos en un lugar de vulnerabilidad voluntaria. Hasta ahora la Casa Blanca ha optado por ignorar el reporte y es poco probable que en los siguientes días le presten atención. Así, los efectos de la Presidencia de Trump seguirán afectando a Estados Unidos años después de que su mandato termine, secuelas de una enfermedad que, hasta el día de hoy, el sistema político estadounidense no ha sabido cómo controlar.