Mexicano por adopción, ídolo por convicción

martes, 28 de agosto de 2018 · 07:00
Es por mucho el futbolista más rentable de la última década en nuestro balompié; sé que le faltaría al respeto si le llamo extranjero y es que, aunque su origen así lo señala, su presente y legado lo hace uno más de nosotros. Christian Giménez es un digno ejemplo de la profesión, el modelo perfecto del futbolista foráneo que llega a nutrir nuestra liga, el proceso idóneo de un talento lleno de pasión, humildad, trabajo y profesionalismo. Mientras salía de cobertura, camino a Grupo Fórmula, escuchaba atentamente el anuncio de su retiro. En más de una ocasión al escuchar su discurso se me llenaron los ojos de lágrimas, tanto el “Chaco” como yo somos sentimentales. Tampoco pude evitar ir al pasado, ese que a mis 18 años me hizo escribir sobre el Pachuca de Enrique Meza, el que ganó la Copa Sudamericana en 2006 al Colo Colo de Claudio Borghi, aquella jugada con la narración en turno son de las cosas que te quedan en la mente (y eso que no le voy al Pachuca); y es que el “Chaco” es ello: pasión, gusto, profesionalismo, calidad y honestidad, un tipo que no -me van a dejar mentir- a nadie le cae mal, puedes ser del América, Pumas, Chivas o Cruz Azul y siempre aplaudirás el juego y la entrega del “Chaco”. Su trayectoria la he seguido de cerca, y la verdad en todo equipo en México que ha estado, Giménez ha rendido (hasta en América, donde recibió pocas chances). Aquel Veracruz con el “Lorito” Jiménez, el “Chaco” Giménez, Kleber Boas y el Cuauh fue épico, del Pachuca ya ni hablamos porque se me acabaría el espacio y de la asignatura pendiente con Cruz Azul podríamos abundar, no obstante, solo diré que ante el fracaso siempre dio la cara, nunca se escondió ni en la cancha, ni fuera de ella y eso es algo tan relevante para el aficionado como los mismos títulos. El profesionalismo y la calidad del “Chaco” Giménez es tal que solo un par de nombres de la última época que cumplan con su perfil se me vienen a la cabeza: José Cardozo y Alex Aguinaga. Así de grande es el legado del “Chaco”, un tipo que seguramente después de enero comenzaremos a extrañar, y será ahí cuando entendamos y valoremos realmente la carrera de un tipo que fue congruente desde su entrega al momento de disputar una pelota, como su carácter para defender al futbolista ante los hombres de pantalón largo sin importar la división o trayectoria del mismo, su trabajo con la comisión del futbolista (hoy Asociación Mexicana de Futbolistas) será solo parte de su legado, el tipo que siempre sonrió para cada una de las fotos, el que nunca dijo no a un autógrafo, el que le ponía sabor a las conferencias de prensa, pronto partirá... En lo personal, en más de una ocasión le hice peticiones para sus fans, esos que el futbolista siempre debería valorar como lo hace el “Chaco” Giménez, el último gran ícono de Cruz Azul y Pachuca, el mejor ejemplo de lo que tendría que ser y hacer el futbolista que viene de fuera para ser mexicano por adopción, ídolo por convicción. Chaco: “Gracias por emocionarnos hasta el último momento, por educarnos con tu sencillez, carisma y talento”. HASTA LA PRÓXIMA

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