OPINIÓN: El efecto Peláez

miércoles, 15 de agosto de 2018 · 10:45
Nunca lo va a decir porque está acostumbrado a trabajar en equipo, porque entiende cada parte y función de un organigrama, por ello cuando se hizo oficial su llegada a Cruz Azul voltee a ver a mi hermano y le dije: “Parece que ahora sí”, el efecto Peláez ha comenzado a gestar una Máquina necesaria para nuestra liga. Seguramente al leerlo, el propio Ricardo trata de cambiar la mirada y buscar en la cancha un poco más de exigencia, nunca le ha gustado que hablen de individualidades y aunque tiene razón, este deporte de conjunto exige líderes en puntos estratégicos. Cuando terminó su proceso en América -sobretodo por las formas en que salió de Coapa-, entendí que Ricardo volvería al fútbol y que donde regresó brillo y grandeza, en algún momento lo extrañarían, hace poco más de un año en este mismo espacio escribí que “Tendrían que importar las formas”, hoy y tras ver a Peláez construyendo la nueva era del Cruz Azul no saben cómo espero con ansias el juego ante los azulcremas. A pesar de la expectativa generada y el cartel ganado tras el trabajo en América, el directivo supo esperar el momento y entender el entorno para decir sí a Cruz Azul, el equipo que normalmente se equivocaba en sus directivos, en esta ocasión había acertado, sin entenderlo del todo, con la llegada de Peláez Linares se quitaron fantasmas, hicieron las cosas con orden y ante uno de los impulsores de dicha característica se hizo lo que parecía pecado en La Noria: Diseñar un equipo a tiempo, contratar gente probada y dejar de lado el negocio, por primera vez en mucho tiempo los promotores son espectadores de un equipo que apunta alto. El efecto Peláez se empezó a notar desde el día uno, entendiendo que la llegada de Pedro Caixinha, la base de Paco Jémez y el trabajo sería lo único que los sacaría adelante, por ello, y como si fuera un mago, aprendiendo de los errores del pasado y repitiendo los aciertos, destrabó la negociación de un futbolista que lucía inalcanzable para un grande de México. Elías Hernández, tipo con una gran mentalidad, pocos reflectores y virtudes innatas, atendió al llamado entendiendo que este Cruz Azul necesita emblemas, la combinación solo se le pudo ocurrir al directivo, ese que comprende perfectamente la importancia de las promociones en un estadio gigantesco que de a poco muestra ilusión y respira pasión. No todo ha sido perfecto en la gestión de Peláez “el directivo”, traer gente de fuera o a destiempo fueron errores que entendió el directivo en Coapa, por ello con Alvarado, Aguilar y Lichnovsky apuntaló un equipo que ahora sí está a la altura de su historia. Con lo contado parecería que les hablo del modelo del Manchester City o el Barcelona, y tampoco quiero caer en la exageración, solo valorar el cambio visto en un par de meses de trabajo, es un hecho que tras estas 4 jornadas Cruz Azul comienza a recuperar el respeto perdido, ese que demuestra con carácter, fortaleza mental y futbol, no es casualidad que esté ganando partidos en los últimos minutos ( vs Zacatepec), tampoco que se resista a perder el invicto (vs Xolos), este Cruz Azul va en serio, el efecto Peláez empieza a notarse y el futuro es alentador en La Noria, donde el Presidente Deportivo no se pierde un solo entrenamiento de su equipo, ese que entiende que ya es tiempo de recuperar la grandeza con un modelo probado, donde el trabajo mental está siendo clave para eliminar la fragilidad y disfrutar la presión. Hablamos en unos meses, cuando el Efecto Peláez comience a dar frutos, los que el aficionado ansía.