El 30 de febrero en verdad existió y ocurrió en Suecia en 1712. Se agregó para corregir un error en la conversión de Suecia del calendario juliano al gregoriano.

El tiempo es una creación humana y a través de la historia, con relojes y calendarios, hemos tratado de medirlo de innumerables formas. Con esto en mente, no es difícil creer que existió un 30 de febrero.

Aproximadamente en el año 46 a.c. el emperador romano Julio César instauró el calendario Juliano, el cual sería el predominante en toda la edad media europea. Años más adelante este se reemplazaría con el calendario gregoriano.

Este es el calendario estandar que se utiliza en la mayor parte del mundo. Es un calendario solar y está diseñado con años bisiestos para mantener la alineación del tiempo de acuerdo al año solar.

Aquí es cuando se pone interesante. Con el paso de los años el calendario juliano se había retrasado con los cambios de estación cada año. Para ponerse al día, los países que utilizaban este tipo de calendario debían saltarse 10 u 11 días para poner el tiempo en orden.

La mayoría de los países lo hicieron todo cambiaron al calendario gregoriano a la vez, pero Suecia quería adaptarse gradualmente saltando diez años bisiestos. El plan fue adoptado en 1700, que era año bisiesto, y se supone que continuaría hasta 1740.

Te puede interesar: Hoy es año bisiesto, te contamos sus curiosidades

Sin embargo las guerras y algunas otras prioridades hicieron que se olvidaran agregar los días bisiestos en los calendarios de 1704 y 1708. Por esta razón, cuando se descubrió el error, Suecia decidió agregar un día extra en el próximo año bisiesto. Es así como se ‘nació’ el 30 de febrero de 1712.

La conversión final de Suecia al calendario gregoriano se produjo en 1753, cuando se aplicó una corrección de 11 días, de modo que ese año, febrero tuvo tan solo 17 días.

Registros en la historia cuentan que no todos estaban satisfechos con la reforma del calendario y algunas personas creyeron que en realidad les robaron 11 días de sus vidas.

Así es entonces como termina la historia del 30 de febrero que en verdad existió. Un día que, muy posiblemente, no podamos volver a repetir.