El turismo es el que está terminando con los 7 colores de Bacalar

miércoles, 22 de mayo de 2019 · 10:00

Bacalar es uno de los Pueblos Mágicos más hermosos de la región, pues el hecho de estar rodeado de cenotes, una bella naturaleza, y esta alejada del turismo clásico hacen de este lugar una muy buena opción. Sin embargo, con el aumento del turismo, los desechos de los visitantes también han afectado.

Turistas

“La basura por diversos orígenes, los lixiviados y desperdicios agrícolas, la contaminación por drenaje y el turismo están poniendo en riesgo el equilibrio del cuerpo lagunar y propiciando la eutrofización”, explica el biólogo Omar Caballero Hernández.

Aunado a eso, el drenaje tampoco ayuda. En épocas de lluvias las aguas forman ríos negros que terminan en la Laguna de los Siente Colores. Una de las principales características de la península de Yucatán es que el suelo es altamente poroso y permite la filtración fácilmente, por lo mismo, hay una fuerte contaminación en las lagunas subterráneas, siendo este, uno de sus principales problemas.

Hotel de Bacalar

Debido a esta contaminación, se estimula la proliferación de microalgas y otros organismos coliformes, poniendo en riesgo a otras especies y al ser humano. "Estamos permitiendo que cambien las dinámicas propias de la laguna y de los organismos que ahí viven y por lo tanto se ven afectados", señala el biólogo.

El turismo es el principal problema

El pésimo manejo de las aguas negras, de las fosas sépticas, la falta de drenaje en las casas que están a las orillas de la laguna, además del aumento de las viviendas cercanas a la misma, han logrado que los siete colores característicos de la laguna de Bacalar estén despareciendo, los turistas no lo perciben, los locatarios, sí.

The New York Times

La contaminación, el exceso de los visitantes y la ignorancia sobre los organismos que habitan en la laguna son su principal amenaza, a eso se suma el problema de que no hay baños en los alrededores de la misma.

Turismo en la laguna de Bacalar

Habitantes y científicos coinciden en que el turismo y la naturaleza puede llevarse acabo sin afectar uno al otro o viceversa con planeación, control y visión a largo plazo.