Por qué el 'triple axel' es un salto tan complicado de llevar a cabo en el patinaje artístico
Si el triple axel fuera un salto sencillo de elaborar, alguien ya habría inventado uno más complejo y roto alguno de sus huesos en el trayecto. Pero no es así, y solo un pequeño grupo muy selecto de patinadoras han conseguido hacerlo en una competencia olímpica: Midori Ito, en 1992; Mao Asada, en 2010 y 2014, y Mirai Nagasu, en 2018.
Sin embargo, este elaborado salto se originó como una exigencia de los mismos patinadores para hacer más complejas sus rutinas. Nadie los obligó. Según narran en MentalFloss, fue así como esta maniobra aérea se convirtió en uno de los "punto focales" de estas competiciones. En 1882, el noruego Axel Paulsen fue, por decirlo de alguna manera, el primer sujeto en dar este salto, que es la única maniobra en el patinaje artístico que comienza con un brinco hacia adelante y que básicamente se ha convertido en una obligación: "no puedes ganar una medalla sin él".
Si bien, podríamos decir -sin chistar- que el patinaje artístico es un deporte. Tiene mucho qué ver con las matemáticas, o mejor dicho, con la biomecánica. Con una ecuación en la que intervienen distintas variables como el cuerpo del patinador y la velocidad en la que debería viajar para lograr el salto. Incluso, como explica este sitio, el atuendo del concursante puede influir en su rutina. Por ejemplo, la estadounidense Mirai Nagasu tuvo que reducir la pedrería de su atuendo para impedir que su salto se ralentizara.

De acuerdo con la profesora de la Universidad Estatal de Pensilvania, Deborah King, en colaboración con Vox, explicó que hay al menos dos razones por las que el triple axel es un salto casi improbable de lograr: Uno, porque se requiere generar una velocidad de salto demasiado específica para mantener su cuerpo el suficiente tiempo para completar los giros; dado que, como mencion King, al contraponerse este brinco a la rotación de la Tierra, obliga a los patinadores a dar una media vuelta adicional para completar la maniobra. Mientras un axel simple es un giro de una y media vuelta, uno doble es de dos y media vueltas, y por consiguiente, uno triple es de tres y media vueltas.
Y la segunda razón, también tiene que ver con la velocidad, pero de las rotaciones que los patinadores ejecutan en el aire. A diferencia de los saltos simples y dobles, el triple axel requiere sacrificar la altura por la velocidad de rotación.
Este diagrama que King, junto con otros dos especialistas en biomecánica del movimiento humano, elaboraron para describir el triple axel:

Apenas este fin de semana, Donovan Carrillo se convirtió en el primer mexicano en lograr este salto durante el Campeonato Cuatro Continentes que se realizó en Anaheim, Estados Unidos "Se siente increíble", dijo, "especialmente porque México no es un país de patinaje artístico".