En México, cada 160 minutos muere una niña o mujer víctima de un feminicidio. “A todas ellas las une un factor común, la falta de atención oportuna del Estado para preservar su seguridad y sus vidas”, informó la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero.
Además, 66 de cada 100 mujeres en el país sufren algún tipo de violencia de género.
A pesar de estos “escalofriantes” datos, como los califció Sánchez Cordero, el gobierno decidió tomar el control de los refugios para mujeres víctimas de violencia. Estos previamente habían sido tema de controversia por la supuesta cancelación de su presupuesto.
La titular del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman, afirmó que “los refugios siguen funcionando, hay compromiso de Gobierno de mantener los servicios, pero con la rectoría del Estado (…) están, solo que con rectoría y supervisión del Estado”.
“Mujeres y niñas se encuentran en una situación de emergencia (…) debemos asumir (esto) como un problema de Estado, colocar al máximo nivel de decisión”, dijo Gasman.
En ese sentido, el gobierno federal presentó un plan contra la violencia de género y feminicidios, que incluye acciones como un registro nacional del sistema de transporte público concesionado, la recuperación de espacios seguros con enfoque de ciudades seguras y espacios libres de violencia y la revisión de las alertas de violencia de género.