Esta semana se celebró la Fórmula 1, después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador amenazara con acabar con su existencia. A esto se le sumaron varios líderes de opinión para defender la cancelación de este evento deportivo, bajo el argumento de la pigmentocracia, es decir que solo iban los que tenían un tono de piel más claro, por ello consideraban este evento como clasista.

Uno de los que señaló dicho evento como parte de la élite fue el ahora funcionario público del IMSS, Antonio Attolini. Sin embargo, en redes sociales circuló un video en donde éste señalaba que le habían regalado los boletos para asistir a la F1, por ello Fernando Belaunzarán, político perredista, acusó que los funcionarios públicos no deberían recibir regalos mayores a 500 pesos.

No obstante, la Ley General de Responsabilidades Administrativas, Artículo 7, Fracción II señala que no deben recibir ningún tipo de regalo:

“Conducirse con rectitud sin utilizar su empleo, cargo o comisión para obtener o pretender obtener algún beneficio, provecho o ventaja personal o a favor de terceros, ni buscar o aceptar compensaciones, prestaciones, dádivas, obsequios o regalos de cualquier persona u organización”.