Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México descubrieron que el veneno del alacrán diplocentrus melici es capaz de ayudar a matar las infecciones bacterianas persistentes como la del estafilococo y la tuberculosis farmacorresistente.
El experto Lourival Possani investigador de la UNAM tiene más de 45 años de trabajo y estudio con el veneno de los alacranes, además, se ha encargado de buscar efectos curativos. Possani y su equipo se sorprendieron cuando vieron que el veneno cambiaba de color cuando se exponía al aire, uno se volvió rojo y el otro azul.
El de color rojo tiene un átomo de oxígeno y el azul uno de azufre. El primero eliminó el estafilococo y el segundo las cepas normales y resistentes a múltiples fármacos de la bacteria que causa la tuberculosis.
Aún faltan más pruebas para saber que tan dañinos o no pueden serlo para nuestro cuerpo, además, los científicos planean investigar el por qué los alacrán producen este tipo de compuestos y en qué pueden servir al ser humano.