El primer escáner portátil de ultrasonido llegó para revolucionar la salud en pueblos de África.
Butterfly iQ trabaja con un teléfono inteligente el cual permite ver una imagen del cuerpo humano gracias al ultrasonido que el escáner les regala. Las imágenes obtenidas se envían a un especialista en Toronto, Canadá que da el diagnóstico final.
Este aparato tiene el tamaño de una rasuradora eléctrica, contiene microprocesadores y solo necesita baterías para funcionar.
Butterfly Network, empresa que fabrica los escáneres asegura que ha pensado en zonas rurales de África, América Latina y Asia pues son lugares donde las demarcaciones alejadas están a kilómetros de distancia y un ultrasonido puede salvar una vida.

“Dos terceras partes de la población del mundo no pueden someterse a escaneos… Cuando integras algo a un microprocesador, el precio baja y puedes democratizarlo”, dijo Jonathan Rothberg, fundador de Butterfly.
Hasta el momento la principal función de los escáneres en África es comprobar las neumonías de los pacientes, una de las principales causas de muerte entre los niños de este lugar.
Pero la visita reciente de una brigada de médicos canadienses y ugandeses a África descubrieron el caso de una mujer de 70 años con un vientre muy inflamado.
Tras algunos escáners con la Butterfly determinaron que su problema era más grave por lo que no debían manipularlo y tenía que ser canalizada a un hospital.

Ahora una gran preocupación para los médicos es saber cuánta capacitación se debe considerar adecuada para traducir imágenes borrosas a blanco y negro y determinar si la certeza es suficiente para detectar un tumor de una anomalía.