El escritor mexicano Fernando del Paso murió a los 83 años, pero no solo fue un autor de libros prolífico que le valió en 2015 el Premio Cervantes, también dedicó su vida a dar clases, a la dramaturgia , pero sobre todo, a dibujar. Incluso, sus libros estaban repletos de referencias sobre los exponentes más importantes de las artes visuales.
Del Paso dibujaba, y lo hacía, según él, como una venganza de su mano izquierda “al acto de escribir”. “Tengo mucha comezón en la mano izquierda”, dijo hace años durante una entrevista con el diario La Jornada.
Desde niño comenzó a dibujar. Intentó dedicarse al óleo, pero fue una técnica a la que nunca logró acostumbrarse. Sin embargo, a pesar dejó de escribir para dibujar, esta parte de su vida no la consideraba un pasatiempo. Su obra visual fue expuesta en Londres, Madrid, París, Estados Unidos y varias ciudades de México, incluso en el metro de Ciudad de México, con sus colecciones Dos mil caras de cara al dos mil, Destrucción del Orden y Las mujeres sin cara de Ciudad Juárez.
“La comezón es porque ya me anda por dibujar”

En sus dibujos había “contenido literario”


“Escribir me angustia terriblemente, me cuesta un trabajo espantoso. Dibujar no, soy incluso más sociable cuando dibujo”


