A un año de los sismos del 7 y 19 de septiembre que en total terminaron con la vida de 462 personas en los estados de
Chiapas,
Morelos,
Puebla,
Oaxaca y
Ciudad de México, y pese a que el gobierno ha implementado mecanismos para garantizar la asistencia en los sitios o localidades más afectadas, "¿qué sabemos sobre su impacto en el bienestar de los niños, niñas y adolescentes?", denuncia el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en su último informe.
De acuerdo con este documento sobre la
"situación humanitaria de la infancia y la adolescencia" tras los sismos, los sectores del gobierno involucrados en las acciones de respuesta, según el fondo, han entregado información segregada. La Unicef detalla que mientras la Secretaría de Educación Pública (SEP) se centró en los daños en infraestructura educativo que el sismo dejó, se hizo a un lado el impacto de bienestar en los niños y niñas. "El estudio esboza cómo la situación de la población infantil y adolescente se ha definido en los meses después
del sismo", se explica.
"Los niños siguen necesitando atención psicosocial, pero los servicios disponibles para atenderlos son limitados", dice el informe.
"Recuperar espacios adecuados y seguros para que puedan aprender, socializar, jugar y participar en actividades comunitarias es una necesidad, y la reconstrucción del sector educativo debe seguir siendo una prioridad", agrega.
Aunque el fondo admite que la fase de respuesta del gobierno de México fue inmediata en materia de búsqueda y rescate, señala, con base en información de medios de comunicación, que la reconstrucción "parece no avanzar a la velocidad deseable".
Muestran el caso de una niña poblana de 10 años que tras presenciar el derrumbe de su escuela, sufrió afecciones emocionales. "Por días no pudo dormir al sentirse insegura en casa y tener miedo a las subsecuentes réplicas", narra el texto a pie de foto.
El organismo informó que tanto en Jojutla como en Juchitán, dos de los municipios en donde se llevó a cabo el estudio, la informalidad de las instituciones en la distribución de la ayuda alimentaria quedó evidenciada: las personas con acceso a Internet pudieron obtener más alimentos que las que no lo tenían.
En cuanto a las afectaciones de salud, el informe detallas que las enfermedades más comunes en niños tras el sismo incluyeron infecciones en los ojos y en la piel como conjuntivitis y urticaria provocadas por el polvo de los derrumbes. Así como infecciones en las vías respiratorias e infecciones estomacales.
"Sin embargo, la principal afectación a la salud de niños
y niñas fue la relacionada con su salud psico-emocional", enfatiza.