La prisión de súper máxima seguridad en la que 'El Chapo' podría pasar el resto de su vida es una "versión más limpia del infierno"
El narcotraficante Joaquín 'El Chapo' Guzmán fue declarado culpable en un tribunal federal de Nueva York, en Estados Unidos. Lo más probable, es que enfrente una sentencia de cadena perpetua, en una prisión tan segura, como para un sujeto que ha logrado escapar en dos ocasiones de prisión: el
Centro de Máximos Administrativos Penitenciarios de los Estados Unidos en Florence, Colorado, o más comúnmente conocido como el ADX.
Esta prisión fue inaugurada en 1994 tanto para tipos tan escurridizos como el Chapo, como para sujetos que, como indicó a The New York Times Norman Carlson, el primer director de la Oficina Federal de Prisiones, "no tienen ninguna preocupación por la vida humana". El catálogo de sus reclusos muestra nombres como Ramzi Yousef, uno de los planificadores de los atentados contra el World Trade Center en 1993; o Richard Reid, quien fue acusado de llevar consigo explosivos dentro de sus zapatos durante un vuelo de American Airlines en 2001.

La prisión se encuentra en algún punto recóndito de una cordillera a más de 150 kilómetros del sur de Denver. Y es, como la describió en algún momento Robert Hood, exdirector del ADX, "una versión limpia del infierno". O, como él mismo lo recordaría durante una entrevista con The New York Times, es un lugar que ni siquiera un guardia de seguridad podría disfrutar de su estancia ahí. "No está diseñado para la humanidad", dijo.

Durante una década, lo que ocurría al interior del ADX era un mito. Hasta que en 2007, como una forma para dispar los rumores en torno a la prisión, se abrieron sus puertas. Uno de los reporteros que estuvo presente narró que este lugar "no revela nada más que un silencio asombroso e inquietante". "No es lo que uno esperaría de un lugar que alberga a 473 terroristas notorios, asesinos viciosos y presos violentos, perturbadores y propensos a escapar traídos de otras penitenciarías federales", escribió. Pero "te acostumbras a eso", le dijo uno de los internos, quien además reveló que sin duda, el Supermax era uno de las mejores cárceles en las que había estado.
Las celdas miden tres y medio metros por 2 metros, en donde solo cabe el prisionero, junto con un set compuesto por un inodoro, un lavamanos, una ducha automatizada y una cama de concreto recubierta con una colchoneta muy fina. También cuentan con televisor y radio, y una pequeña ventana al exterior con la que es imposible a los reos hacerse una idea de dónde se encuentran. "Es como una pesadilla modernista".
