En un hospital de Argentina, una madre se despedía de su hija, quien aparentemente había nacido muerta, cuando, para su sorpresa, descubrió que su niña seguía viva.
Esta es la historia de Analía, quien tenía 30 años cuando le avisaron que su bebé había muerto. Sin embargo, la madre no esperaba que cuando abriera el ataúd de su hija, está la recibiría llorando.

“Cuando logró abrirla dio un paso para atrás, todos se alejaron. Luz estaba tapada con una tela vegetal, yo la fui corriendo como en cámara lenta. Primero le vi la manito miniatura y se la agarré. Después vi que tenía el cuerpito morado y se le había formado escarcha. Cuando le destapé la cara, me estaba mirando. Tenía los ojos brillantes y lloró, una especie de llanto de gatito”, declaró la madre.
Desgraciadamente, esta historia no terminaría ahí., pues ocho días después, la niña, llamada Luz, sufriría su primer paro cardíaco, el primero de varios. Tristemente, la bebé moriría 1 año después .

Después de la muerte de su hija, Analía presentaría una demanda por daños, prejuicios, daño moral y mala praxis contra el Estado de Chaco y contra las dos médicas que asistieron al parto. La demanda fue por la cantidad de 15.2 millones de pesos.
La historia de Analía no terminaría ahí, pues tiempo después, le detectarían cáncer de garganta, razón por la que perdería sus cuerdas vocales.