El papa Franciso vivió este fin de semana una difícil jornada, luego de que se diera a conocer una carta en la que un arzobispo de Washington lo acusara a él y su predecesor, Benedicto XVI, de encubrir los actos de pederastia de Theodore McCarrick. 

Este escándalo, además, explotó durante su visita a Irlanda, en la que aprovechó para pedir perdón en diferentes ocasiones por los abusos sexuales que los curas católicos perpetraron por décadas en el país mayormente católico.

La carta, escrita por Carlo Maria Viganò, fue publicada por dos sitios de noticias católicos y posteriormente retomada por diversos medios estadounidenses, a pesar de que no muestra evidencia de lo dicho.

Viganò, exdiplomático de alto rango del Vaticano, además pide la renuncia de Francisco en dicha carta.

Por su parte, el papa prefirió no comentar sobre esa carta ante los medios que lo acompañaron en su vuelo de regreso de Irlanda.

“No pronunciaré una sola palabra sobre esto. Creo que el comunicado habla por sí mismo, y ustedes tienen la capacidad periodística suficiente para llegar a las conclusiones. Es un acto de Fe. Cuando haya pasado el tiempo y ustedes tengan las conclusiones, quizá hable más. Pero quiero que su madurez profesional haga este trabajo, pero de verdad”, dijo el Sumo Pontífice a los medios.