La farándula guarda secretos que no todos se atreven a revelar, sin embargo, hay algunos valientes que sí cuentan cómo es que su poder y fama les permitieron hacer cosas impensadas. En esta historia la protagonista es Lyn May, la vedette que pagó y desenterró a su esposo para poder dormir con él.
Muchos piensan que Lyn May era de China, pero en realidad nació en Acapulco, Guerrero. Quien sí era de aquel país asiático fue su esposo, Antonio Chi-Xuo, a quien describió como un hombre amoroso, atento y caballeroso. Se casaron en 1989, pero el cáncer de próstata en él acabó con su amor antes de tiempo.
Lyn May confiesa cómo desenterró a su esposo y durmió con él
En una entrevista con el canal de YouTube “Creepypastas Everywhere”, Lyn May recordó cuando desenterró a su esposo en 2008. Un día después de su muerte, la vedette pagó para que exhumaran su cuerpo y así pudiera dormir con él. El cadáver ya estaba embalsamado, por lo que no hubo rastros de descomposición, pero eso no quiere decir que su relato no ponga los pelos de punta.
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“Le quitan todo (signos de descomposición) y no pasa nada. Ya no pasaba nada. Eso todo eso lo mandé a arreglar yo. Así lo tenía y así estaba abrazada acostada con él ahí”, dijo antes de mencionar que duró 4 días con el cuerpo.
La misma actriz mexicana contó que en dos ocasiones sintió como si se levantara a besarla. Ella interpretó esto como una señal de que debía dejarlo descansar; fue entonces que decidió cremarlo con apoyo de su familia, que estaba muy preocupada por ella.
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Quién fue Antonio Chi-Xuo y de qué murió
El nombre real del esposo de esta vedette era Sean Chi-Xuo, pero cuando llegó a México desde China lo “bautizaron” como Antonio. Se conocieron y se casaron en 1989 en lo que fue la única boda religiosa de May. Pati Chapoy fue invitada, así como otros empresarios nacionales.
Chi-Xuo era dueño de la cadena de restaurantes “Siete Mares”, pero eso no impidió que el cáncer llegara a su vida. En 2004 lo diagnosticaron con cáncer de próstata; perdió la voz y su salud se deterioró hasta que en 2008 falleció.
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El cariño de Lyn May por su esposo rompió las barreras de lo que la gente puede considerar como “normal”. Pagó e hizo arreglos para que desenterraran el cadáver y así ella pudiera pasar una cuantas noches más recostada en su cuerpo.