Pocas producciones mexicanas han logrado lo que Mentiras ha hecho y desde su debut en teatro, el musical se convirtió en un clásico del entretenimiento escénico, mientras que Mentiras, la serie ha sabido conquistar a una nueva audiencia con un enfoque fresco y cinematográfico. Ambas versiones relatan la historia de cuatro mujeres que descubren que han sido engañadas por el mismo hombre, pero lo hacen con narrativas y emociones distintas. ¿Cuál es el mejor? Las comparaciones no han tardado y aquí tenemos el veredicto.
Diferencias entre los finales de Mentiras, la serie y el musical
Uno de los mayores cambios entre Mentiras, el musical y Mentiras, la serie es la manera en que se construye y revela el desenlace. En la producción para el teatro, la historia es más dramática, simbólica y centrada en el misterio.
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La hermana de “Emanuel”, “Manuela”, tiene un papel clave al entregar una carta con las últimas palabras del protagonista. En ese texto se revela que una de las cuatro mujeres tuvo algo que ver con su muerte, lo que intensifica el drama y deja al público con un final abierto a la interpretación. El ataúd de “Emanuel” está presente casi toda la obra, reforzando el tono fúnebre y misterioso.
Por el contrario, Mentiras, la serie opta por un tratamiento más realista y directo. “Manuela”, el personaje que funcionaba como hilo conductor en el musical, fue eliminado por completo. En su lugar, un VHS llega a la casa de “Emanuel” y es a través de este recurso que las protagonistas descubren la verdad sobre su muerte.
La serie también presenta un final visualmente potente, con la canción Castillos cerrando el primer capítulo (a diferencia del musical, donde abre la historia), marcando un clímax emocional más íntimo. Además, la producción de televisión ahonda en los detalles de la doble vida de “Emanuel”, dándole ocupaciones distintas según la pareja con la que estuviera, algo que no se exploraba con tanto detalle en el montaje teatral.
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¿Cuál final es mejor?
Elegir cuál final es mejor entre Mentiras, la serie y Mentiras, el musical depende en gran medida de lo que el espectador valore más: ¿la teatralidad y el simbolismo o la claridad narrativa y la evolución de personajes?
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El musical gana puntos por su ambigüedad poética y la fuerza colectiva de sus protagonistas enfrentando una verdad devastadora. El hecho de que la revelación final provenga de una carta le da un aire nostálgico, teatral y emotivo. En cambio, la serie apuesta por un enfoque más cinematográfico, donde la historia se desenvuelve como un thriller ligero con tintes de drama y humor negro.
El final con el VHS es un recurso visual efectivo, pero quizá menos impactante emocionalmente que la confrontación escénica del musical. Si tuviéramos que elegir, el musical logra un cierre más poderoso en términos dramáticos y de impacto emocional, mientras que la serie ofrece una versión más moderna y accesible, ideal para nuevos públicos.
Aunque cada versión tiene sus aciertos, el final del musical conserva una fuerza icónica difícil de superar, marcando a toda una generación de espectadores.