Si has ido recientemente al cine, sabes que la cartelera está encabezada por películas infantiles que marcaron nuestra infancia y regresan en forma de live action para exprimir un poco más la historia o algunas secuelas de franquicias exitosas que nadie pidió.  En una era de productos reciclados, son los pequeños estudios quienes se arriesgan con nuevas narrativas y un tanto transgresoras de lo que se tiene acostumbrado a ver en el cine, incluso en las películas de autor, En este contexto emerge como mariposa La Sustancia dirigida por la directora francesa Coralie Fargeat.

Debo admitirlo, cuando se anunció su llegada a los cines en 2024 distribuida por Mubi, fui parte del hype con el póster que mostraba a una mujer de espaldas, con una herida que recorría su columna vertebral y cerrada apenas con unas costuras acompañada por la frase “Sigue las instrucciones ¿qué puede salir mal?”. El tráiler nos daría la respuesta: ¡Todo, todo va a salir mal! Más tarde lo comprobaremos de sobra con el adefesio que haces su aparición en el tercer acto y nos recuerda al cine de David Cronenberg, considerado el maestro del cine del horror contemporáneo, con su película La mosca de 1986.

Para entender mejor de dónde viene La Sustancia, vale la pena revisar las 2 películas anteriores de la directora. En 2013 presentó Realidad+, un mundo donde cada persona se ve como quisiera ser y permite ver a otros cómo se imaginan mediante un chip. 2 años después regresó con Venganza, retratando a una mujer decidida a darle una lección a hombres adinerados que la abandonan en una escapada anual. El argumento que presentan se mezcla en una crítica social áspera y directa, contada a través de la ciencia ficción y el suspenso, incluso podríamos considerarla su hija.

Crítica de la película La Sustancia

En La Sustancia conocemos a “Elisabeth Sparkle”, interpretada por Demi Moore, una mujer que vivió su ascenso en Hollywood y a sus 50 años tiene un programa de ejercicios en televisión. Su valoración corporal cambia al saber que será despedida y reemplazada por una mujer más joven. En busca de mantenerse bajo las luces de la industria que ayudó a construir durante su carrera, recurre a una sustancia comercializada en el mercado negro que le permitirá tener una versión de ella más joven y perfecta mediante la división celular. Para hacerlo posible, las reglas son pocas y claras: cada una puede vivir máximo 7 días alternando con el otro cuerpo y nunca olvidar que son una misma. Durante el desarrollo de La Sustancia veremos cómo la delgada línea se recorre hasta la desesperación.

Créditos: Mubi

Durante los 5 minutos nos deja claro que “Elisabeth Sparkle” recibió un gran reconocimiento de la industria y vivió su decadencia con el tiempo hasta sus actuales 50 años, como una figura “caduca” que ya no le importa al medio. La idea es reforzada con el personaje de Dennis Quaid, un ejecutivo de la televisora llamado “Harvey”, que la hace sentir vieja y caduca en una industria que prioriza la belleza juvenil antes que a la trayectoria, el talento, incluso a la misma persona.

Un punto que me parece interesante es cómo se refleja el personaje en Demi Moore, una actriz que de cierta manera ayudó a perpetuar el tropo de la mujer joven, bella y delgada, a pesar de que durante su carrera se mostró en contra de ello. En el 2024, a sus 62 años, regresó con un papel que puede reflejar su carrera mediante una mujer que brilló en el medio y fue olvidada por la industria por distintas razones. Podemos encontrar una similitud con el caso de Michael Keaton y la película Birdman del 2014, bajo la dirección de Alejandro González Iñárritu, que reflejó su ascenso como un personaje fantástico y luego fue olvidado por la industria debido al fracaso en taquilla.

Demi Moore es una actriz talentosa y tal vez este reflejo en la historia le permite lograr su impactante actuación en pantalla, transmitiendo la incomodidad con el cuerpo, al grado de sentir que la piel nos pica y justo ese el objetivo. La sensación va in crescendo cuando se rechaza a ella misma frente al espejo, influida por las críticas externas y decide ser joven de nuevo, dándonos los primeros bocados de body horror que sólo aumentará al pasar la cinta.

Créditos: Mubi

Una vez que pasó el impacto de ver emerger un cuerpo completo desde la espalda de la protagonista, entramos en un segundo acto más alegre al recordarnos la juventud, la vitalidad y sobre todo un cuerpo estético mediante “Sue” interpretada por Margaret Qualley y el brillo que desprende contra su opaca contraparte. Coralie Fargeat ya nos mostró una visión dramatizada de la industria y su voraz apetito, y sube de nivel caricaturizando al patriarcado mediante el personaje de Dennis Quaid, que curiosamente se llama “Harvey”, cada quien saque sus conclusiones.

Al conocerla queda encantado por su belleza y le brinda un trato preferencial colocándola en el pedestal que antes ocupaba “Elisabeth” basado en la belleza y en el cuerpo, un comportamiento que veremos  durante toda la película con una atención y actitud servicial a ella y un completo rechazo a “la matriz”. El mismo argumento nos demuestra lo hipócrita que llegamos a ser como sociedad, por un lado, apoyando movimientos de aceptación, mientras que del otro consumimos y enaltecemos a personas que lucen perfectas, pero ¿cuánto realmente estamos dispuestos a ver de ella?

Fargeat se encarga de bombardearnos constantemente con primeros planos del pecho y los gluteos de “Sue” en momentos que muchas personas disfrutaron y reflejaron en memes de internet refiriéndose a ella como “la trama”, confirmando totalmente el argumento.  Pero ocurre algo curioso, aunque la persona disfrute de estos momentos, llega un punto en que resultan incómodos, incluso puede quedar asqueado de ver tanta carne, un claro mensaje sobre la voracidad de la industria y la sexualización de la mujer.

Llegada a la mitad de la película sientes como los reflectores se vuelven más tenues, el suspenso aumenta y te envuelve con tomas claustrofóbicas qué pueden recordarnos el trabajo de Alfred Hitchcock, evidenciando la sensación de abandono qué experimenta el personaje de “Elisabeth”, confinada a un departamento en comparación de su lado joven que es reconocida por todos. Ambos sentimientos detonan en cada una un egoísmo por aferrarse a su vida, y dejar de vivir en la sombra de la otra, que las llevan a confrontarse destruyendo por completo el equilibrio. Durante la pelea sabemos que Elizabeth quiere terminar con la experiencia y conservarse a ella misma, pero se tiene por el odio tan fuerte que se tiene y necesita desesperadamente a su versión joven para vivir. Ante la indecisión es “Sue” quien termina con su vida.

Créditos: Mubi

Una vez iniciado el tercer acto, recuerdo haber visto a las personas en la sala incómodas en su asiento, no sabían dónde poner las manos y no podían dejar de ver la pantalla en una pesadilla que no podía terminar mientras sentían cómo su piel les hormigueaba por debajo. De regreso a la película, una vez que su mata a “la matriz” se da cuenta de que está muriendo y busca repetir el proceso de clonación con el mismo activador llevándola a un terrible resultado que nos deja ver el horror físico más incómodo de toda la cinta, pero en este momento encontramos uno de los más tiernos al ver al “adefesio” arreglarse para ir a su presentación soñada viéndose al espejo y apreciando el retrato de como vimos a Demi Moore al inicio.

¿Vale la pena ver La Sustancia?

La crítica social tan directa y sin tapujos que presenta La Sustancia la convierte en una película argumentativa que denuncia la sexualización femenina y el rechazo generado por la industria hacia el cuerpo en una historia que mezcla el suspenso, la ciencia ficción y un terror psicológico aderezado con body horror, difícil de ver en momentos, pero con un encanto, un sueño que se torna en pesadilla.

¿Dónde ver la película La Sustancia?

La plataforma Mubi fue la encargada de llevar La Sustancia al cine y, como era de esperarse, aterrizó hace unas semanas en su plataforma y ya se encuentra disponible para los suscriptores y curiosos que quieran conocer la historia de “Elisabeth” y su “mariposa” “Sue”. Si no pudiste o te animaste a verla, tienes la oportunidad de verla en la comodidad de tu casa y la facilidad de ponerle pausa si lo necesitas.

Calificación: 8.9/10 – La Sustancia (2024) – Coralie Fargeat

  • Guión: es un completo acierto por Coralie Fargeat al mostrar de una manera cruda y directa la sexualización de la mujer y el rechazo a los cuerpos físicos en una historia oscura, en momentos bizarra y alucinante, por algo obtuvo un premio en el Festival de Cannes.
  • Fotografía:  la fotografía de Benjamin Kracun adentra al espectador en los espacios iluminados que presentan a “Sue” como una gran estrella y la confinación de “Elisabeth” al olvido con tomas y momentos que nos recuerdan a El resplandor (1980) de Stanley Kubrick.
  • Maquillaje:  un punto que se le debe reconocer a la producción es el uso de efectos prácticos en lugar de CGI como estamos acostumbrados. Incluso Margaret Qualley subió el proceso a sus redes sociales.
  • Vestuario: la ropa empleada no solo marca la edad que tiene cada personaje también representa cómo se siente con su cuerpo y va cambiando con la caída del al olvido que tiene “Elisabeth”, además de los colores que utiliza cada una el amarillo siendo referente al desagrado y el rosa o rojo de “Sue” como el deseo.

La Sustancia parece más fuerte de lo que realmente es, pero si la quieres ver, mi consejo sería terminar tus palomitas antes de llegar al tercer acto. Incluso yo, que he disfrutado de largometrajes un tanto rudos, sí sentí un ligero malestar en mi estómago. Definitivamente, la película es un trago refrescante para el género yo en una propuesta llena de denuncia social en un entorno pesadillezco.