Luego de la trágica muerte de Talina Fernández hace unas semanas, se hizo público el problema que su descendencia está enfrentando: saber qué sucederá con la herencia, no sólo de Talina, sino de su hija Mariana Levy, quien hace años muriera también.

Talina Fernández murió a causa de un tumor que estaba muy desarrollado, con el cuál la ex periodista llevaba años peleando. Por su parte, Mariana Levy murió años atrás, a causa de un ataque al corazón, luego de que una banda de delincuentes intentara asaltarlos y quitarles no solo sus pertenencias, sino sus vidas.

La muerte de Mariana Levy dejó a tres hijos sin madre, María, quien más tarde sería oficialmente adoptada por Talina Fernández; Pausa, que nació en el año 2000 y José Emilio, quien en su momento acusó a Mariana de obstaculizar la entrega de los bienes de la herencia a sus hermanos menores.

El hijo menor de Mariana Levy vende tacos de canasta mientras se resuelve herencia de su madre

La disputa por la herencia ha llegado lejos, y es por esto que José Emilio, el menor de los 3 hermanos ha comenzado un nuevo negocio mientras se decide lo que sucederá con los bienes que le serán entregados. 

De acuerdo con el propio José Emilio, lo único que queda de la herencia de su madre es una casa de Cuernavaca y el dinero restante de la venta de su casa en las Lomas.

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Asimismo, expresó en una entrevista que se ha visto en la necesidad de comenzar a vender tacos de canasta y chilaquiles de manera temporal, mientras encuentra un buen trabajo con el cual pueda solventar sus gastos, y aunque está siendo ayudado por una abogada (la madre de uno de sus amigos cercanos), admite que no hay una fecha exacta para la resolución de este conflicto legal.

¿Qué pasa con José Emilio y su papá?

En medio de todo este escándalo, José Emilio y Paula terminaron por volver a su casa en Cuernavaca, acompañados de su padre, José María ‘El Pirru’ Fernández. Sin embargo, María, la hermana mayor, decidió correr al papá de sus hermanos para poner en venta la casa y dividirse las ganancias, pero este no se dejó y terminó recibiendo una carta de desalojo.

El Pirru, por otro lado, pensó que esa carta fue enviada por su propio hijo, y desde ese momento se la ha pasado culpándolo y dándole la espalda, por lo que parece que no lo ayudará de ninguna manera económica.

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