La final de la Copa Libertadores entre el Boca Juniors y el River Plate parecía ser algo que todo mundo temía que sucediera, incluso la naturaleza, que un día antes del primer partido inundó La Bombonera y provocó su primer aplazamiento.
Había razones que justificaban este miedo: como la eterna rivalidad entre estos dos equipos y la de sus fanáticos, aunque la última fue la más dañina. En The New York Times, el argentino Martín Caparrós señaló algo desalentador, escribió que estos eventos tal vez sean una especie de afirmación: “la Argentina es un país dañado”.
Aunque tal vez Caparrós exagere, como todos los que afirmaron que esta sería una “superfinal”, “la final del siglo” o algo más aterrador como decir que sería “la Tercera Guerra Mundial”. O como yo, que aseguré que no importaría quien ganara, porque ganaría Argentina. Pero nadie ha ganado. Exageramos todos.
Porque la vuelta, que definiría al campeón, en lugar de goles dejó futbolistas heridos y al parecer, con vómito. El capitán Pablo Pérez, Gonzalo Lamardo, Carlos Tevez y Agustín Almendra fueron los más afectados.

Bastó con que uno o varios hinchas del River Plate apedrearan con fuerza el autobús del Boca para desatar un cáos que fue trending topic todo el fin de semana. Twitter estuvo repleto de opiniones y especulaciones. “Otra oportunidad más perdida delante del mundo entero que nos observa”, escribió el ex jugador Gabriel Bautista.
En total, han sido tres los aplazamientos: cuando llovió, cuando los hinchas se olvidaron del fútbol y cuando los jugadores se negaron a jugar. El día que se reagendará el partido aún se desconoce, pero de acuerdo con el diario Marca, el próximo martes 27 la Conmebol decidirá si habrá final.
El Boca solicitó castigar al River bajo los estatutos de los artículos 18 y 19 de la confederación, para analizar una posible descalificación del River. Pero en el caso de que el partido se lograra, habría que esperar, según medios, dos escenarios: el domingo 2 de diciembre, tras la cumbre del G20, o el sábado 8, a cuatro días del Mundial de Clubes. Incluso, se habló de que podría llevarse a cabo en los Emiratos Árabes, para no retrasar, sí, otra final.