El juego que comenzó el viernes y terminó el sábado entre los Medias Rojas de Boston y Los Dodgers de Los Ángeles se convirtió en el partido más largo en la historia de una Serie Mundial de las Grandes Ligas.

Tuvieron que pasar 18 entradas, 18 lanzadores entre ambos equipos y más de 7 horas duración fue lo que nos dejó el juego 3 del clásico de otoño que concluyó con un emocionante homerun de Max Muncy.

Con la victoria de los angelinos la serie se coloca 2-1 y con ello los Los Dodgers tienen un respiro después de perder los primeros dos juegos. El día de hoy se juega el 4o partido en Los Ángeles.