Por qué estar sentado podría ser malo para tu corazón
Estar tranquilamente sentado durante largos periodos podría estar dañando tu corazón, de acuerdo con un sorprendente nuevo estudio. En este, se halló que, mientras más tiempo esté sentada una persona, es más probable que sus músculos cardiacos muestren señales de lesiones.
Ya todos hemos escuchado que estar sentado durante horas sin parar no es saludable, incluso si también hacemos ejercicio de forma ocasional. La gente que está sentada durante más de nueve o diez horas al día —un grupo que incluye a muchos de nosotros, quienes trabajamos en oficinas— es propensa a desarrollar diabetes, enfermedades cardiacas y otros problemas. Además, la mayoría de estos riesgos se mantienen relativamente altos, aunque hagamos ejercicio.
Estar sentado durante tiempo excesivo también se asocia con la insuficiencia cardiaca, una afección en la que el corazón se vuelve cada vez más débil e incapaz de bombear suficiente sangre para mantener al resto del cuerpo oxigenado y en buen estado. Sin embargo, no queda claro de qué modo estar sentado, lo cual pareciera exigir muy poco al corazón, podría estar ligado con la insuficiencia cardiaca, un trastorno en el que el corazón no puede responder de manera adecuada al esfuerzo.
Así que hace poco tiempo un grupo de cardiólogos de todo el mundo comenzó a reflexionar sobre las troponinas.
Las troponinas son proteínas que producen las células de los músculos cardiacos cuando están dañadas o muriendo. Un infarto libera un tsunami repentino de troponinas al torrente sanguíneo.
No obstante, incluso los niveles ligeramente elevados de troponinas, aunque sean menores a los que están relacionados con los infartos, son preocupantes si persisten, en la opinión de la mayoría de los cardiólogos. Si los niveles altos son crónicos, estos indican que algo anda mal dentro de los músculos del corazón y ese daño está ocurriendo y se está acumulando ahí. Si el daño no se detiene o se lentifica, con el tiempo podría producir insuficiencia cardiaca.
Sin embargo, ninguna investigación había examinado que el hecho de estar sentado se asociara con los altos niveles de troponinas.
Por lo tanto, para el nuevo estudio, el cual se publicó en la revista especializada Circulation, los investigadores recurrieron a información existente del Dallas Heart Study, una gran evaluación en curso de la salud cardiaca que se ha realizado a un grupo de hombres y mujeres étnicamente diverso y que ha supervisado el Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern. Los participantes del estudio habían completado las pruebas cardiacas, con muestras de sangre e información de su salud y llevaban dispositivos para monitorear su actividad durante una semana.
Los investigadores reunieron información de poco más de 1700 de estos participantes y excluyeron a cualquier persona que tuviera un trastorno cardiaco o síntomas de insuficiencia cardiaca, como dolores en el pecho o falta de aliento.
Revisaron las muestras de sangre de hombres y mujeres en busca de troponinas así como las lecturas de sus rastreadores de actividad, para ver qué tanto o tan poco se habían movido las personas la mayoría de los días.
Después, hicieron comparaciones.
Resultó que muchos de los participantes en el estudio estaban mucho tiempo sentados: la mayoría de los días permanecían sedentarios hasta por diez o más horas. No era de sorprenderse que estos hombres y mujeres rara vez se ejercitaran.
Algunos de los hombres y las mujeres hacían ejercicio: normalmente caminaban. No se ejercitaban mucho pero, mientras más lo hacían, menos horas permanecían sentados, en promedio.
Y esta actividad física, por limitada que fuera, estaba asociada con niveles relativamente normales de troponinas. La gente que se movía más fue propensa a tener menos troponinas en su sangre, aunque los beneficios eran escasos, en términos estadísticos.
Por otro lado, la tendencia entre las personas que permanecían sentadas durante diez o más horas fue la presencia de niveles más altos del promedio de troponinas en su sangre. Estos niveles estaban muy por debajo de los indicativos de un infarto. No obstante, tenían la cantidad de troponinas suficientes de alguien que sufre de una “lesión cardiaca subclínica”, según los autores del estudio.
Esta relación siguió siendo sólida, incluso después de que los investigadores controlaran otros factores que pudieron haber influenciado los niveles de troponinas, entre ellos la edad, el género, el índice de masa corporal y las funciones cardiacas.
En general, estar sentado se asoció más con niveles dañinos de troponinas que hacer ejercicio con las cantidades óptimas.
Por supuesto, este estudio fue observacional y puede mostrar solo que estar sentado está relacionado con altos niveles de troponinas, no que provoque el aumento de estas.
Tampoco puede explicar de qué manera la inmovilidad física podría dañar las células cardiacas.
Sin embargo, es probable que los impactos sean indirectos, mencionó James de Lemos, un cardiólogo y profesor del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern quien supervisó el estudio reciente.
“El comportamiento sedentario está asociado con la obesidad, la resistencia a la insulina y los depósitos de grasa en el corazón: todos estos factores pueden generar daños en las células cardiacas”, explicó.
“El otro lado de la moneda es lo que hacen las personas mientras están sentadas”, agregó. No te estás moviendo. A pesar de que este estudio encontró pocos beneficios al hacer ejercicio en términos de una mejoría en los niveles de troponinas, es probable que ese resultado se relacione con lo poco que se mueven las personas, señaló.
“La mayoría de la literatura cardiovascular, incluido otro trabajo de nuestro grupo, indica que es importante tanto hacer ejercicio como ser menos sedentario”, mencionó.
De Lemos y sus colegas están llevando a cabo una serie de estudios de seguimiento para observar si estar sentado menos tiempo, ejercitarse más o ambos estados afectan los niveles de troponinas y el riesgo de una insuficiencia cardiaca subsecuente, aseguró.
Sin embargo, por ahora, “deberíamos considerar que una reducción del comportamiento sedentario es una parte significativa de un estilo de vida saludable”, comentó De Lemos.
“Hay que enfocarnos tanto en estar menos tiempo sentados como en hacer más ejercicio”, explicó. “Subir las escaleras. Estacionarnos afuera de los estacionamientos. Tener reuniones caminando o mientras estamos de pie”.