¿Los has visto? Estos son los 3 fantasmas más aterradores que rondan en la CDMX

La Ciudad de México está llena de muchas leyendas, mitos y secretos, que agradecen los amantes de lo escabroso. Por sus calles han pasado siglos de historia, desde aquella que engrandece los logros de nuestra cultura, hasta una más oscura que encierra sacrificios, torturas y asesinatos; de la cual surgen narraciones urbanas relacionadas con la aparición de fantasmas.

Conoce aquí 3 de los fantasmas más aterradores que rondan en la CDMX.

•  La mujer de la vela de la Basílica de Guadalupe 

Si alguna vez has visitado la Basílica de Guadalupe, puede que hayas escuchado sobre la leyenda de una mujer que carga una vela que nunca se apaga, no importa si truena, llueve o relampagueé y que deambula por la vieja Basílica. Se dice que se pone a rezar y cuando lo hace se pueden escuchar las campanadas en el lugar, sin que nadie las toque.

• Tlatelolco: niños, estudiantes y aztecas fantasmas

La plaza que de Tlatelolco está envuelta en diferentes hechos sangrientos. Desde la derrota de Cuauhtémoc contra Hernán Cortés, lo que dio inicio a la tajante caída del imperio azteca; la peor masacre de estudiantes perpetrada por el gobierno en 1968, que acabó con la vida de miles de personas inocentes, llenando de sangre la plancha; hasta el temblor de 1985, donde uno de los edificios que la conforman fue de los que más daños sufrió, lo que ocasionó su derrumbe y la muerte de las personas que estaban dentro.

Tantas muertes se han suscitado en este lugar, que lo han convertido en uno de los más “sangrientos” en toda la CDMX, por lo que se dice que en la noche se pueden ver almas deambulando por la plaza y escuchar a niños jugando y pelotas que botan, pero no hay nadie en realidad. Además de que se cuenta que aún se escucha el eco de sonidos de la masacre estudiantil, como balazos o gritos desgarradores.

• La Planchada 

Eulalia era una enfermera del Hospital Juárez a principios del siglo XX, que cayó en depresión después de una decepción amorosa causada por un médico que decía se casaría con ella, pero, huyó de la ciudad para casarse con otra mujer. Debido al enorme pesar, Eulalia eventualmente murió en el hospital.

Según cuentan muchos testimonios de pacientes del Hospital Juárez, esta mujer de uniforme impecable y perfectamente bien planchado se aparece para dar medicinas y atender a los enfermos. Como una forma de reparar el daño que le causo a sus pacientes que dejó de atender en vida.

Lo escalofriante es que los testimonios de pacientes del hospital que dicen haber recibido la atención de la enfermera Eulalia son numerosos y quedan en shock cuando cuentan su anécdota y se les revela que no existe ninguna enfermera de ese nombre, ni con esa descripción física que trabaje en el lugar.