Día del Músico: ¿cuál es su origen y por qué se celebra hoy?

Si hay alguna frase que se ha impregnado en la cultura popular es aquella de Friedrich Nietzsche que reza: "Sin música, la vida sería un error". Y muchos de nosotros en pleno siglo XXI creemos que estaba en lo cierto.

Es por esto que existe un día para honrar a todos aquellos que con sus creaciones e interpretaciones le dan sentido a nuestra vida. Por supuesto, hablamos de los músicos que hoy, 22 de noviembre, celebran su día. Pero, ¿por qué hoy? A continuación te contamos.

Como muchas de nuestras fiestas y celebraciones, el día del músico tiene su origen en la cultura judeocristiana. Se cuenta que el día del músico fue instaurado en el mismo día de Santa Cecilia, el 22 de noviembre, porque ella es la patrona de los músicos y, en varios cuadros, se le ha representado tocando el arpa u otros instrumentos musicales.

Países como Alemania, España y Francia fueron quienes primero celebraron esta fesitvidad. Entre 1919 y 1920 comenzó a celebrarse en Brasil y posteriormente la fiesta se extendió a los demás países de habla hispana, celebrando la música y a quienes la crean.

Seguramente también estás pensando ¿por qué Santa Cecilia es la patrona de los músicos? La historia es que Cecilia fue obligada a casarse. El día de su matrimonio, la santa le cantó a dios pidiéndole fuerza para afrontar su compromiso y en su noche de bodas le dijo a su esposo que no podía tocarla porque un ángel la cuidaba y que solo si aceptaba al Dios vivo podría ver al ángel.

Así, su esposo hizo lo que le pidió, pudieron ver al ángel y este les puso una guirnalda de rosas y lirios sobre la cabeza como símbolo de su unión espiritual. Luego una persecución contra cristianos dio muerte a su esposo y a ella, aunque no fue fácil hacerlo, pues debido a la ofrenda de su canto, Dios había puesto un ángel para cuidarla. Sin embargo, según la Agencia Católica de Informaciones, ACI Prensa, este fue el sufrimiento al que se enfrentó Santa Cecilia antes de por fin morir:

Se le ordenó rendir culto públicamente a los dioses paganos pero se negó. Por ello fue condenada a morir por ahogamiento en la fuente de baño de su propia casa. Como no pudieron matarla, hirvieron agua y la colocaron en ella, pero eso tampoco funcionó. El Prefecto entonces pidió que fuese degollada. El relato da cuenta de que el ejecutor dejó caer su espada tres veces sobre su cuello sin tener éxito. Asustado, el verdugo huyó dejando a la joven virgen bañada en su propia sangre. Se dice que Cecilia vivió tres días más.

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