Si caminas afuera de la Nueva Catedral de Salamanca, en España, seguramente encontrarás un grupo de personas viendo con asombro y duda una parte de su fachada. Y no es para menos, ya que uno de los relieves que adornan esta catedral es un astronauta.

Pero, ¿qué hace un astronauta en la fachada de una catedral construida en los entre los siglos XVI y XVIII?

La respuesta es muy sencilla. En 1992, como parte de la restauración de la Catedral, se agregó esta estatuilla. Un año después, Salamanca sería la sede de la exposición de Las Edades del Hombre, por lo que se decidió incorporar a la fachada un elemento significativo de la época.

catedral de salamanca
En el año 2010, el astronauta fue vícitma del vandalismo y se quedó sin su brazo derecho.

Pero ese astronauta no es el único detalle anacrónico que nació de la remodelación de la Catedral de Salamanca. En la misma fachada podemos observar un diablo (o dragón) comiendo un helado (o fumando), un toro y un racimo de uvas producto de la imaginación de los escultores.

En realidad, es bastante común que las remodelaciones a sitios históricos se acompañen con detalles anacrónicos para recordar la época en que fueron restaurados. Por ejemplo, la Catedral de Notre Dame, recientemente destruida, todavía considera si será restaurada como una copia de la original o incorporará un nuevo diseño.

En realidad, un dato más sorprendente sobre Salamanca, es que cuenta con dos catedrales, una nueva y otra vieja. Se encuentran conectadas entre sí, aunque se trata de dos edificios diferentes (en estilo y construcción).

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