Pisando Fuerte
El corredor recreativo y su mundo
Abraham lleva la música por dentro, literal. Sus venas son las arterias por las que circula sangre de varias generaciones de músicos. Su abuelo fue mariachi, su hermano tiene un grupo musical, su primo otro… y su esposa, docente de inglés ahora, antes cantaba. Abraham recuerda las palabras de un maestro: la música tiene que ver con todo, la muestra: hasta en los funerales está; así que, para él, correr con música es lo mejor que le puede pasar.
Tener ese espacio en la vida en donde dos de sus grandes pasiones le pertenecen y lo llevan de la mano, en especial cuando ya no puede más, cuando las fuerzas fallan y el corazón se hace el que no escucha nuestras suplicas en esas cuestas que exprimen todo y más en donde corre Abraham, en mero Coatzacoalcos, la música es la que lo impulsa… “es un narcótico para cerrar con todo”.
Licenciado en Música que pretendía especializarse en piano, las percusiones le cambiaron el destino musical, se enamoró a primera vista, desde entonces las percusiones son lo suyo., además de correr… y de su afición por los Pumas.
Tal vez (solo tal vez) su pasión por la música podría parecer algo natural o bien con origen claro en la educación del hogar y de vivir entre ejemplos sonoros y rítmicos, pero su pasión por correr nace en la pista de tartán de la Universidad de Tampico, en la que estudió Música (con mayúscula). “Yo me iba a correr, pero hasta que habían acabado los buenos corredores de la Universidad nos dejaban ingresar a la pista de tartán. Desde chico veía las competencias en la tele y me gustaba ver a los competidores de las olimpiadas y el futbol porque corren; así que me iba a trotar, sin ninguna técnica y un entrenador me vio correr y me invitó a participar en competencias de 1500, pero mis clases eran de 7 de la mañana a 7 de la tarde y desde entonces tocaba en un grupo de 11 de la noche a 3 de la mañana los fines de semana y pues, no había tiempo de ir a los entrenamientos”; nos comparte algo que hubiera, tal vez, modificado el recorrido en la vida.
Ahora, dedicado a la docencia y con la pandemia como las vallas que acotan nuestras vidas, ha logrado mantener su ritmo de corredor, cada mañana en punto de las 6:30 de la mañana se levanta, y sale a correr a más tardar a las 6:50 para regresar a casa entre las 8:30 y las 9:00. Corre en las calles de Coatzacoalcos en donde hay días que la temperatura rebasa los 45 grados y la humedad hace el resto de la combinación para un clima que después de la mañana ya no permite correr.
“Desde una noche antes hago mi mapa mental de cuánto voy a correr y por dónde, antes corría cerca de la playa, pero a partir de la pandemia me voy por las calles; y lo primero que hago es pedirle a Dios que no me pase nada: que no me atropellen, que no me muerdan los perros, que no me caiga… que no me lastime y me acompaña siempre las palabras de mi hija al salir: con cuidado papi”.
“Esos son los pensamientos que me acompañan el primer kilómetro; después, si llevo música la voy escuchando y me motiva para cumplir la meta de ese día, sin música me voy cuidando de los autos, además por donde corro hay muchas subidas y bajadas y los paisajes son únicos, padrísimos y me gusta estar viendo lo que se va presentando”, así es como nos dice que es su jornada de kilómetros.
Hay algo que Abraham tiene muy claro, en el corto plazo no le interesa correr un maratón, participa en carreras apenas hace tres años y en Coatzacoalcos las que se llegaban a organizar antes de la pandemia eran de 5 y 10K, por eso se ha especializado en estas distancias; hoy, con paso firme y pisando fuerte, entrena para su tercer medio maratón, el 2 de mayo se suma al reto del 21K de Adidas y ya tiene fija la meta, va por mejorar su tiempo el que lo hizo en 1:41 en el primer 21.1K y en el segundo 1:38, así que su propósito es correr en 1:36, ¿será que la tercera sea la vencida?, como parte de ese reto, además de preparar su cuerpo ya afina el soundtrack de esa carrera, porque más allá del tiempo que haga, ritmo no le va a faltar.
La música te motiva, y en su caso para las distancias largas “porque va a llegar un momento en que la mente me va a traicionar… además, “te impulsa, con la música tú puedes llorar, puedes estar alegre… y es lo mismo con correr, sales a correr y sacas la tristeza; la alegría siempre me da mejores tiempos y es como cuando toco: no estoy quieto, brinco, bailo, canto… no estoy quieto, cuando corro es exactamente igual”.
Abraham nos recomienda:
Para Ver: Invencible, cinta que, si bien no es de correr, retrata la historia de Vince Papale, jugador de americano que logró formar parte de los Eagles de Philadelpehia en la NF, posterior a jugar dos temporadas en este equipo tuvo cáncer, el que superó ya que al igual que su vida deportiva muestra que para derribar obstáculos en la vida, como en el running, nunca es suerte, es disciplina y constancia, no se la pierdan.
Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @gdlpedro
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