Twitter: @MarcoLemort

Desde que el otrora candidato a la Presidencia de república, ahora presidente, Andrés Manuel López Obrador, anunció como promesa de campaña una beca para que jóvenes entre 18 y 29 años pudieran acceder a una capacitación en empresas privadas y dependencias de Gobierno, las voces intransigentes y clasistas asumieron el tema como una beca a Ninis (ni estudian, ni trabajan), esto como una forma de demeritar el tema y usarlo para calificar al presidente de populista.

Ahora que dicho programa se ha concretado, con el nombre de “Jóvenes Construyendo el Futuro” y los jóvenes se han acercado para acceder a la beca y a las diversas capacitaciones que se están brindando, las críticas no paran, con un espíritu clasista y una ignorancia avasallante, los fifis los acusan de ninis, de recibir dádivas del Gobierno, estirar la mano para recibir dinero regalado del gobierno, sin duda la carga de discriminación y desinformación es enorme y los juicios se vuelven apurados y tropezados.


Ojalá, estos juicios discriminatorios, clasistas e ignorantes lograran comprender o conocer la situación de emergencia en la que se encuentra nuestra juventud y los terribles casos que hoy coordinando el programa a nivel local he podido atestiguar. El régimen neoliberal o capitalista salvaje de cuates, los abandonó, no generó ninguna condición para que estos jóvenes pudieran prepararse y acceder al mercado laboral, las opciones para la juventud de este país en términos de educación y preparación son nulas o inaccesibles, misma circunstancia con los paupérrimos empleos que se ofrecen, todos atados a outsourcings que no generan antigüedad, ni derechos, además claro de los infames salarios.

Desde luego todo esto sumado a la terrible situación económica que en millones de casos alcanza la marginación y la miseria, perfecto caldo de cultivo para nutrir las filas del crimen organizado, la trata y otros delitos que han generado una situación deleznable para nuestros jóvenes.

Son 6 millones 755 mil jóvenes que estima la CEPAL se encuentran desempleados, sumados a los 8.9 millones que laboran en la informalidad, sin generar derechos, acceder a prestaciones y desde luego tampoco antigüedad o ahorros.

De los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), México tiene la tasa de embarazo adolescente más elevado con 77 nacimientos por cada 1,000 mujeres adolescentes. De los cuales un número muy importante son no deseados, producto de la descomposición del tejido social, familias rotas y la ausencia de educación y orientación sexual.


Así mismo casi el 40% de los presos de este país son jóvenes, siendo el rango entre 18 y 22 años el que representa mayor numero. Esta cifra se queda corta si reconocemos la impunidad con la que operan muchas organizaciones criminales, por lo que los registros se quedan cortos.

Y no, no es porque no quisieron salir adelante, ni porque sean huevones, ni porque elijan el camino fácil, están a merced de su suerte y de sus circunstancias que no son ni mínimamente parecidas a las de muchos jueces hundidos en su clasismo, en sus privilegios y creencias.

La circunstancia de los jóvenes requiere atención inmediata, si bien el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” no es una solución definitiva, si es un muy buen principio para que muchos jóvenes se integren al mercado laboral y de una u otra forma se capaciten, habrá que brindarle certezas al mediano plazo en términos de educación y trabajo, las condiciones tienen que cambiar durante el sexenio, pero así será, porque para el presidente son una prioridad. Aprovechar ese bono generacional del que gozamos deberá ser una encomienda principal de este Gobierno.