Twitter: @LaKathirina
“Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad”.
–H. G. Wells.
El tema que ha estado navegando en la coyuntura desde hace varias semanas, del que se ha hablado desde diversas perspectivas y en diferentes niveles. Me refiero a la película de Roma de Alfonso Cuarón. Más allá de las polémicas sobre la plataforma de exhibición, los personajes, la técnica, la narrativa y lo simbólico de la película en sí, quiero detenerme en un punto muy particular: Yalitza Aparicio.
Muchas gracias por esta hermosa experiencia, es un increíble trabajo y me la pase de maravilla. @VogueMexico
Fotografía: @santiagoandmauricio Estilismo: @pamelaocampo realización: @re_montemayor pic.twitter.com/jVQchWcaHv— Yalitza Aparicio Martínez (@YalitzaAparicio) December 18, 2018
Mexicana de 25 años de edad, originaria de Tlaxiaco, Oaxaca; estudió para ser docente y, por casualidad, terminó en el casting de la película de Cuarón. El resto, es historia. ¿Casualidad? No lo creo. En fin, la cuestión es que cuando su nombre empezó a sonar cada vez más, a hacerse presente en diversos eventos internacionales y a protagonizar portadas de revistas, el binomio envidia-racismo no se hizo esperar. ¿Por qué somos así? Más de una fueron las expresiones de “crítica” al respecto y ni mencionar en escala más reducida como los grupos de Whatsapp y Facebook.
“¡Cómo una indígena de piel morena, estatura baja y cabello negro sería representante de las y los mexicanos que no somos así?”
Se leía en diversos espacios, suma indignación porque una “india” (término que además de ser arrogantemente peyorativo es incorrecto en términos antropológicos) comenzó a hacerse popular y por ende, una referente de México. “¡Cómo una indígena de piel morena, estatura baja y cabello negro sería representante de las y los mexicanos que no somos así?” Como uno de los argumentos detrás de su racismo, que a la vez intenta enmascarar su más profundo patetismo.
Lo peor: no es la primera vez que esto sucede y no es un fenómeno aislado. No en vano el número entero que le dedico la revista chilango al tema o la ola de burlas hacia la gimnasta Alexa Moreno, sólo por mencionar otro caso en que muchos (muchísmos) mexicanas y mexicanos sacaron lo peor de sí.
Yalitza, como punta de lanza de un nuevo fenómeno social y cultural, es importante porque significa un golpe certero a ese muro de estigmatización sobre el tipo de mujer que se ve en una pantalla y el canon de belleza, pero más relevante aún, un golpe al muro del racismo.
Ojalá, comencemos a ver mucha más diversidad y apertura en medios masivos, porque justo, México no sólo es ese rol aspiracional decadente de gente superficial, piel clara, complexión esbelta y cabello rubio, ni siquiera el mundo es eso. La enorme diversidad de tipos de seres humanos supera por mucho, lo que podemos siquiera imaginar.