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Este fin de semana la avalancha humanitaria se estrelló con las armas. El empleo de la empatía no fue suficiente para acabar con los cercos de las fuerzas armadas y abrir los puentes. Dando paso al endurecimiento de un régimen, que ha puesto con sus acciones en posiciones incómodas a países neutrales como el nuestro, y que ha decidido convertirse en una especie de isla para subsistir. De ahí el que las estrategias que comienzan a dibujarse resulten cada vez más interesantes.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que a pesar de que la crisis humanitaria en Venezuela es genuina y que por ello hay un éxodo de un poco más de tres millones de en el mundo. La atención que se le está dando en este momento podría responder al calendario electoral del país más poderoso del mundo y la campaña de Trump 2020.

No es casualidad que el día de ayer, mientras se llevaba a cabo la reunión del Grupo de Lima, Donald Trump estuviera dando un discurso en la Universidad Internacional de Florida sobre Venezuela, el socialismo y sus efectos adversos. Esto tiene que ver con la importancia logística y política que ha adquirido el estado tanto para la crisis venezolana como para sus fines de reelección. Ya que el voto latino representa el 24% de padrón electoral y Florida, aparte de ser uno de los “estados columpio” para cuestiones electorales, concentra el mayor número de exiliados venezolanos del país.

Por otro lado no hay que perder de vista que las sanciones económicas de Estados Unidos comienzan a tomar dimensiones geográficas importantes. Como reacción a los eventos del fin de semana Venezuela cerró sus fronteras con Brasil, Colombia y las marítimas con la isla de Curazao. Convirtiéndose de esta manera en una especie de isla que se cierra al mundo para subsistir. No obstante Estados Unidos ha decidido tomar cartas en el asunto e imponerle sanciones a cuatro gobernadores cercanos a Maduro y de estados estratégicos.

Los gobernadores de los estados elegidos podrían ser la clave para que las fronteras caigan y la ayuda humanitaria pueda entrar. Los dos primeros, Apure y Zulia, colindan con Colombia y rodean al estado de Tachira que hace frontera con Cúcuta. Mientras que los otros dos, Carabobo y Vargas, tiene puertos marítimos importantes por donde la ayuda almacenada en Curazao podría entrar.

Finalmente, lo otro que no debemos perder de vista es que el régimen con sus acciones ha demostrado ser su peor enemigo. De lo contrario no estaría en esta situación y un buen ejemplo podría ser la manera en la que el día de ayer se las arregló para poner en una posición incómoda a nuestro país. Declarado con una posición neutra ante el conflicto.

Puesto que al mismo tiempo que durante la reunión del Grupo de Lima el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, les pedía de una manera directa a México y Uruguay que reconocieran a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, el régimen detenía de manera arbitraria al periodista mexicano Jorge Ramos por el contenido de una entrevista que aparentemente no le encantó al dictador.

Esperemos que las estrategias económicas dejen fuera a las militares.

El último en salir apague la luz.