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Ex (POP) sión

A inicios de esta semana comenzó a correr un rumor en el espectáculo mexicano: se afirmaba la existencia de un chat en donde estaban varias actrices mexicanas que habían comenzado una campaña interna para evitar que Yalitza Aparicio sea nominada al premio Ariel por su trabajo en Roma.

Lo que comenzó como una información de Twitter difundida por Rossana Barro, Coordinadora de Invitados en la AMACC (Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas), se convirtió en un foco rojo por ser un posible semillero de envidias dentro de la comunidad actoral en nuestro país.

Varias actrices que se vieron involucradas desmintieron la situación y dieron su apoyo a Aparicio a través de sus redes socio digitales, por mencionar algunos nombres: Vanessa Bauche, Dolores Heredia y Regina Orozco. Esta última compartió un video en donde explica lo que le transmitió la originaria de Oaxaca en su debut y pidió a los medios de difusión que retiraran su nombre y dejaran de relacionarla en las notas sobre el supuesto chat.

Más allá de si fue un chisme de pasillo o una realidad, esta no es la primera ocasión en que el espectáculo mexicano ha tenido declaraciones polémicas o discriminatorias hacia joven también docente de preescolar.

Muchos afirman que Yalitza no es actriz y fue un fortuito que haya llegado a donde está, pero aquí hay que hacer algunos apuntes y para esto podemos recordar la película del neorrealismo italiano Ladrón de Bicicletas de Vittorio de Sica. En este movimiento cinematográfico se buscaba lograr la transmisión pura se los sentimientos de los actores, los cuales por lo común eran “gente normal” sin formación actoral y que no estaban dentro del medio para tratar de capturar situaciones y emociones lo más cercanas a la realidad.

¿Les recuerda esto a un caso reciente? Sí, Yalitza es una actriz debutante y probablemente inexperta (tal como lo fue Lamberto Maggiorani, el protagonista de la cinta italiana) pero que no tenga formación en el campo no le quita el mérito logrado en pantalla que le han tratado de desacreditar figuras como la ganadora del Ariel, Patricia Reyes Spíndola. La señorita puede poner es en su currículum el título de actriz por el simple hecho de ser la protagonista de la última obra de Alfonso Cuarón y además puede agregar su nominación al Oscar por el mismo papel.

Ahora, sobre si esto es un “golpe de suerte” como lo dijeron personas como la actriz Laura Zapata, es importante recordar la ardua búsqueda que hizo Cuarón y su equipo de producción para encontrar a quien hiciera al personaje de Cleodegaria Gutiérrez. Quizá el descubrimiento y encuentro entre Aparicio y el multipremiado director de cine es lo único que puede verse como un evento aleatorio, la misma actriz mencionó en entrevistas que dudó en asistir al casting que se realizó en Oaxaca, pero al final se decidió por lo inusual que era la oportunidad.

Aún es incierto si la Yalitza seguirá en el camino de las películas o regresará a su vida como profesora, pero algo podemos tener por seguro, las aptitudes que tiene un artista no son casualidad y al menos esto lo dejó muy en claro en la cinta que la catapultó a la fama.

Sí, la suerte existe, el destino también, pero a veces la naturalidad y el talento nato se imponen a las críticas y a los prejuicios de cómo debe prepararse un “profesional” para la industria del entretenimiento y Yalitza Aparicio es el ejemplo más reciente de ello.