Twitter: @CharlieGalina
Hoy Estados Unidos entra al día 25 con el gobierno parcialmente cerrado. Trump en cuestión de semanas logró agregar un récord más a su administración con el Gobierno cerrado más largo en la historia política estadounidense. Nueve de 15 Secretarías federales están siendo afectadas por esta situación y se estima que 800 mil trabajadores federales dejarán de recibir un salario en los siguientes días. De la misma forma, se estima que el costo del cierre gubernamental ha sido de 3.6 billones de dólares. Frente a la insistencia del residente de la Casa Blanca en construir el muro y la negación de los demócratas de aprobar un paquete de fondos para su construcción, es probable que el cierre del gobierno continué en las siguientes semanas.
¿La razón? Trump con la construcción del muro está poniendo en juego su campaña presidencial del 2020.

Desde el día uno de su primera campaña presidencial, Donald Trump se aseguró de vincular su campaña a la construcción de un muro entre México y Estados Unidos.
Su discurso acusando a los mexicanos de “traer crimen y drogas” fue quizás uno de los mensajes más emblemáticos del 2016.
Así, desde el inicio de su administración Trump buscó a través de distintas maniobras políticas empujar la construcción de un muro fronterizo y ha seguido en el intento. Hoy el tema no es la seguridad fronteriza, el tema es la campaña de reelección de un presidente republicano que en los siguientes meses se verá asediado por un Congreso demócrata dispuesto a investigar y paralizar su gobierno de la mano de una posible recesión económica y una Presidencia que hasta ahora no ha podido entregar a los votantes los resultados esperados. Trump a través de la pelea por el muro está asegurando su reelección y dándole oxigeno a ese 40 por ciento de aprobación que le dio el triunfo en el colegio electoral y podría mantenerlo en la Casa Blanca por otros cuatro años.

Si alguien ha entendido este juego es Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, quien de la mano de los demócratas se ha negado a discutir la idea de un muro en la frontera. Los demócratas han entendido a la perfección que el muro es un símbolo de xenofobia, racismo y división (ideas con las que Trump ha ganado votantes) y cualquier apoyo que den a la Casa Blanca será visto como complicidad por su electorado. Así, el cierre del Gobierno no es más que el reflejo de una polarización que ha estado fracturando al sistema político estadounidense en los últimos 15 años.
Limitar la confrontación será difícil, ya que ambos partidos están siguiendo la opinión del electorado. Por un lado, los demócratas están con la “mayoría” de la opinión estadounidense ya que el 60 por ciento de los americanos se opone a la construcción del muro. Por otro lado, el aumento al apoyo del muro entre los republicanos ha aumentado sustancialmente (de un 71 a un 87 por ciento) y la posición de los republicanos se ha endurecido en los últimos meses (70 por ciento de los republicanos apoyan la construcción del muro). El simple hecho de que Trump ha logrado influir en la opinión de los republicanos es un triunfo sustancial para su liderazgo. De esta forma, cada partido ha encontrado en la confrontación una nueva forma de hacer política y esto explica por qué ningún partido está dispuesto a negociar.
La salida del cierre del gobierno no es sencilla. Como establece Sarah Binder, los demócratas y los republicanos para ceder tomarán en cuenta:
1) A qué partido el público está culpando por el cierre.
2) Qué partido está alineado con la opinión pública.
3) La presión de los congresistas que buscarán la reelección en los siguientes meses.
Sumado a esto, el Partido Republicano pronto se enfrentará a la disyuntiva de seguir apoyando al presidente Trump o buscar un acuerdo bipartidista. Así, entre más se acerque la elección del 2020 el residente de la Casa Blanca será más agresivo en sus posiciones y el Partido Republicano tendrá que decidir dónde marcar el límite.
Los demócratas tendrán que definir qué tipo de campaña querrán hacer para enfrentar a Trump y esto no será fácil.
Lo que es un hecho innegable es que frente a la llegada de los demócratas al Congreso, este cierre gubernamental podría ser el inicio de un nuevo periodo de confrontaciones y parálisis política en Washington D.C.
Earlier this evening, President @realDonaldTrump treated the Clemson Tigers football team to dinner in the State Dining Room! #ALLIN pic.twitter.com/P5JAo6yzfR
— The White House (@WhiteHouse) January 15, 2019