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El año pasado, la Comisión para la Reconstrucción de la Ciudad de México instaló su Consejo Consultivo presidido por el Dr. Mauricio Merino acompañado técnicamente por el colectivo #ReconstrucciónTransparente de Nosotrxs. Luego de siete sesiones mensuales y una asamblea con la Jefa de Gobierno donde se comunicaron avances sobre el proceso y se emitieron recomendaciones para mejorar la atención, se decidió realizar la primera encuesta de satisfacción a personas afectadas por el sismo 19S en 2017.

Desde noviembre de 2019 hasta enero de 2020, se recogió el sentir de más de 900 personas afectadas en las 16 alcaldías de la demarcación sobre sus opiniones y percepciones acerca de su proceso de reconstrucción e interacción con la Comisión y las autoridades vinculadas. Antes de entrar en los principales resultados, es importante destacar que la mayor parte de las personas encuestadas fueron mujeres y el promedio general de edad es de 55 años. Es decir, el sismo afectó más a mujeres adultas mayores.

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Ahora bien, los principales hallazgos del informe indican que 7 de cada 10 personas están satisfechas con la atención recibida en general por la Comisión, la misma cantidad de personas dice tener el suficiente conocimiento sobre su proceso, lo cual son grandes noticias. No obstante, solo el 69% cuenta con un dictamen único y final en inmuebles multifamiliares (edificios) y un 37% en inmuebles unifamiliares (casas), esto resulta relevante porque indica el nivel de riesgo del inmueble y, por tanto, la obra que debe realizarse: rehabilitación/reforzamiento o reconstrucción.

Siguiendo con el nivel de riesgo, predomina el riesgo medio indicando que la obra que se realizará en mayor medida es rehabilitación, en el caso de edificios con 55% y en casas en un 31%. Aquí es importante destacar que los inmuebles a atender en mayor cantidad por la Comisión son casas y a un año del inicio de su gestión, la misión de llegar a cada una de ellas ha sido larga, pero brinda certeza de atención. Después de casi tres años, enfrentamos un escenario muy distinto: las personas serán atendidas, tardará, pero volverán a sus hogares.

A 29 meses del sismo, los resultados son alentadores, pero no pueden dejarse de lado las debilidades en el actuar cotidiano de la Comisión, la lentitud que implican los procesos burocráticos, que, en muchas ocasiones, son problemas que la dependencia no puede ni debe resolver al ser ajenos a su encargo, sin embargo, al tener como objetivo máximo que las personas vuelvan a sus hogares en condiciones de habitabilidad, alcanzarlo de la mejor y más rápida forma posible es una prioridad.

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Al mismo tiempo, tampoco podemos olvidar la importancia de que todos los ciudadanos interesados en conocer el estatus de la reconstrucción puedan consultarlo en cualquier momento y recibir información transparente y clara, tanto de los números operativos como de los movimientos de recursos financieros, así como que las personas afectadas puedan dar seguimiento a su proceso usando la tecnología logrando, al mismo tiempo, eficientar la atención recibida. Algo que hasta el día de hoy no es posible conocer y que implica un esfuerzo grande de la Comisión para la Reconstrucción que debe ser atendido con celeridad.

Por último, es de suma relevancia vigilar que el proceso de reconstrucción no se preste a corrupción, sobre todo en la operación de empresas constructoras y supervisoras. Al ser uno de los sectores más susceptibles a este mal, es menester vigilarlo muy de cerca tanto por autoridades competentes

como ciudadanos dispuestos a participar en un proceso abierto y transparente que no dé paso a opacidad alguna.

A 29 meses del sismo, quedan muchos pendientes por enfrentar, sabiendo que las personas afectadas se encuentran satisfechas en general con la atención, pero también, siendo conscientes de que aún queda un gran número de personas por atender con situaciones muy particulares que exigen urgente atención. No hablamos de procesos burocráticos o programas sociales, hablamos de una política que permite a las personas volver a su hogar después de un desastre natural que no sólo sacudió a toda la Ciudad, sino a todo el país.

Que el haber salido a la calle a preguntar cómo se sienten las personas afectadas y recibir resultados satisfactorios, no sea motivo para continuar con la operación como hasta el momento se ha desarrollado, que sea, también, la oportunidad para mejorar los procesos y dar certeza de una reconstrucción transparente para todas y todos.