Twitter: @IsaidMera
De perfil
En la oficina de la secretaria del Trabajo hay un teléfono rojo y el mito es cierto: es línea directa con el presidente.
En las manos de Luisa María Alcalde Luján está uno de los principales programas sociales del Gobierno de López Obrador: Jóvenes Construyendo el Futuro.
Ese teléfono sonará muchas veces en los próximos meses para saber avances de dicho programa. Algunas veces se oirán buenas noticias, y quizá algunas otras no tanto.
No es exageración decir que la secretaria se juega su futuro político con el programa y que el presidente una buena tajada de su aprobación. De ahí la atención personalizada que ella (como es natural por el cargo) y el presidente le están dando.

La apuesta es sencilla en el papel: Dar becas de 2,400 pesos mensuales a jóvenes mexicanos que quieran estudiar una licenciatura y 3,600 pesos a quienes se capaciten para el trabajo.
Y con ello dar oportunidad de estudio y empleo a más de 2.6 millones de jóvenes del país, permitirles el desarrollo para tener una mejor calidad de vida, y también evitar que terminen en la delincuencia.
Pero fuera del papel ya no es tan sencillo. Es una labor titánica por el tamaño del programa, y además por el reto (y riesgo) que es destinar miles y miles de millones de pesos del presupuesto público a cambio, sí o sí, de buenos resultados.
La crítica ha existido, incluso de quienes han ocupado los mismos cargos de Alcalde Luján y López Obrador, como Javier Lozano y Felipe Calderón, quienes señalan que sólo se trata de mantener “ninis”.
Pero Luisa María frente a las cámaras, y también fuera de ellas, está realmente convencida y enamorada del programa.
Cree en los jóvenes, y cree en las empresas que se suman al programa. Al platicar sobre él su cara se ilusiona como la de quien cuenta que metió el gol del triunfo de su equipo en el último minuto, o quien habla sobre su examen profesional que le dio un grado con excelencia.
Aunque sabe que los resultados del programa no se basarán en ideales y buenas intenciones, y está consciente de que estará bajo el escrutinio público, a pesar de que recientemente ha pasado casi de puntitas por la pasarela mediática y los reflectores se los han llevado otros planes del Gobierno como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, la lucha contra el huachicoleo, o el adelgazamiento de la burocracia.
Y es probable que ese teléfono rojo suene este lunes en la oficina de Alcalde Luján. El primer grupo de jóvenes que se capacitará para el empleo iniciará hoy sus labores, y el presidente, asumo, querrá tener un informe de cómo se dio este banderazo oficial.
Que los datos hablen.
La Puerta Grande: Ese teléfono rojo debe ser de lo poco que queda de la parafernalia de gobiernos anteriores. Ya no hay los lujos del gabinete, los numerosos grupos de asesores de los secretarios, y ese tufo de realeza que les acompañaba.