Amante del Buen Comer®
Twitter: @adelbuencomer
El hogar está donde el corazón vibra. Hay lugares que por voluntad propia uno no necesariamente visitaría, porque los atractivos turísticos son menores, porque hay otros lugares más llamativos o porque simplemente no se antoja. Sin embargo, cuando la familia y los amigos están en algún espacio puntual, ese lugar se vuelve cálido y el corazón late con emoción.
Me gustan los Estados Unidos. Particularmente, sus grandes ciudades, me fascinan. Su amplia gama de atractivos turísticos, propuestas gastronómicas, espectáculos y tiendas para compras, hacen que las visitas a sus famosas urbes sean algo que siempre llame mi atención. Sin embargo, en esta ocasión el viaje no fue a ninguna de ellas, ni siquiera a una mediana, fue a la ciudad de Birmingham en el estado de la famosa película y canción: Alabama.
También te puede interesar: Dos restaurantes mexicanos entre los 50 mejores del mundo
Alabama no se caracteriza por albergar ciudades famosas ni atractivos mayores. Es un estado sureño, con un importante desarrollo metalúrgico, música country y plantíos. Sin embargo, para mí representa un espacio de cariño en tanto gente que quiero está por allá. Así fue como hace unos fines de semana estuve en este peculiar estado y aquí mis recomendaciones.
Ruby Tuesday
Famosa cadena restaurantera originaria de Tennessee cuyo nombre proviene de aquella canción de los Rolling Stones, con la propuesta de la comida tradicional del vecino del norte. Asistimos por la tarde y mi plato fue un enorme y rico costillar de cerdo acompañado de camarones empanizados, tiras de pollo y una guarnición de calabazas, digno representante americano para la llegada a esas tierras. El postre fue un enorme brownie de chocolate con helado de café.
Paramount
Famoso entre los locales por su propuesta de hamburguesas, no podría dejar pasar la oportunidad de deleitarme con una de ellas siendo uno de mis platos predilectos. Aquí pedí una deliciosa hamburguesa de jugosa carne con champiñones gratinados y un enorme y suculento aro de cebolla. Cada bocado valía las calorías consumidas. A ello lo acompañó una buena cerveza local así como unas exquisitas papas a la francesa con gravy y parmesano que estaban para chuparse los dedos.
Mayawell
Cuando uno es mexicano, toparse en el extranjero con lugares que presumen nuestra nacionalidad muestra un reto para ellos dado que la expectativa es alta. Gratamente puedo compartirles que Mayawell es una excelente propuesta mexicana contemporánea que, desde su hermosa locación con detalles perfectamente atendidos y con una armonía impecable, pone a disposición de sus comensales una estupenda carta de cocteles hechos con base de tequila y mezcal. Ahí probé desde uno de los más ligeros y amables, el Fresa 75 con tequila, fresas y vino espumoso; hasta el fortísimo y delicioso Rocinante con mezcal, aceite de uva, sal y toques de mole achocolatado. Cualquiera de sus propuestas es digna de saborear. Además, Mayawell tiene un convenio con un food truck de tacos propiedad de un paisano tapatío, por lo que la calidad de los mismos es alta y al probarlos uno se siente en tierras aztecas (de ellos probé el de asada y no podía dejar pasar el de pastor).
Lonhorn Stakehouse
Un buen corte siempre es gratificante, así que no dejamos pasar la oportunidad de estar en uno de los lugares más reconocidos del estado. Aquí mi comilona cayó en manos de un delicioso Prime Rib de 12 libras, lenta y deliciosamente cocinado por más de 10 horas, acompañado de más aros de cebolla y unos ricos champiñones gratinados. Simplemente buenazo.
Cracker Barrel
Estar en un estado sureño norteamericano y no vivir la experiencia country, es como no haber estado ahí. Con base en esto es que me dejé envolver por el lugar y pedí un plato típico, que incluso es fuente de inspiración de algunas canciones: un pollo frito. Si en algo son expertos los estadounidenses es en freír, muchísimos de sus platos lo están y cada mordida es un gusto de sabor. El pollo que pedí estaba deliciosamente crujiente y rico, acompañado de papa hashbrown y ejotes con mantequilla. Una bomba de sabor.
Así pues, mis queridos amantes del buen comer®, si por algún motivo se encuentran en este estado de los Estados Unidos o les piden algún consejo culinario para el mismo, no duden en visitar estos lugares. La experiencia habrá valido la pena.
¡Buen Provecho!
Amante del buen comer®