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Amante del buen comer®

Por lo menos entre los mexicanos, la recomendación de boca en boca es una de las fuentes más eficientes para la toma de decisiones. Es indudable que cuando necesitamos o queremos hacer algo nuevo o desconocido, preguntar a amigos y familiares que ya han experimentado la misma necesidad, se vuelve un referente importante, y en ocasiones fuente única, para tomar nuestras decisiones.

Cuántas veces no hemos preguntado:

¿Qué me recomiendas visitar en tal lugar? ¿Alguien puede recomendarme un buen [profesión u oficio de su elección]? ¿Dónde comprarías equis cosa?

Por lo menos yo, gracias a las referencias, he conocido excelentes profesionales, visitado preciosos lugares, adquirido muy buenos productos y en general, me han facilitado la vida y la han hecho más feliz.

Una visita inesperada a la capital tapatía me hizo poner a consulta un buen lugar para comer. Muchas fueron las sugerencias (porque sobra decir que otra cosa maravillosa de los mexicanos es que somos solidarios y colaborativos) pero hubo un nombre que se repitió constantemente: Anita Li.

Confesaré que el nombre por si solo me refirió a comida oriental (en mi cabeza Li y Lee fueron lo mismo) y cuál sería mi sorpresa que el lugar es un pequeño mundo internacional repleto de delicias y manjares en un ambiente relajado y coqueto.

Como ellos mismos lo definen, Anita Li es un palíndromo del restaurante que le da origen y con el qué comparte sede, el I latina. Experimentación, creatividad, calidez y originalidad son los calificativos con los que mayormente se describen y no hago objeción a ello, por el contrario, lo confirmo.

Establecido en un discreto lugar, que originalmente era una bodega, hoy Anita Li ofrece a sus comensales una amplia terraza llena de vida y color, con detalles vívidos capaces de poner de buenas a cualquiera que lo visita. Sillas de diferentes formas y colores, paredes decoradas con un sin número de peculiaridades y una música relajada permiten que quienes disfrutamos de una tarde ahí gocemos de cada momento.

Pero lo más importante para esta reseña, y que sin duda fue lo más relevante de todo, es su exquisito menú. Cada platillo estratégicamente elaborado y armado, presenta propuestas clásicas y alternativas para todos los gustos.

Siguiendo las recomendaciones, lo primero que pedí fueron los multi nominados tacos tropical, camarón empanizado con salsa fresca de piña, jitomate y cebolla morada montado sobre un disco de jícama y alioli de chipotle… ¡ES-PEC-TA-CU-LA-RES! Entendí por qué tantos me los habían sugerido, cada sabor era una frescura frutal que acompañaba a la fuerza del camarón. Valió toda la pena.

Acompañando a estas delicias, apareció otra, un queso brie al forno con costra de pistache, glaze de guajillo , cassis y ensalada de arúgula. Para los amantes del queso esto es un imperdible. La mezcla suave en textura y fuerte en sabor del queso, con la delicadeza del pistache y la entrega del guajillo, generaron una explosión de sabor.

No podía dejar pasar la oportunidad de comer un tuétano para taquear, acompañado de sus tortillas hechas a mano, guacamole y salsa milpera. Para los que somos gustosos de este peculiar sabor, no duden en pedirlo.

Mi plato fuerte fue un tagliatelle Bianca, deliciosa pasta fresca en salsa de queso, chalotas y vino blanco, acompañado de espárragos, aceite de trufa blanca y chips de portobello. La bella Italia presente en un solo plato deleitando cada bocado con su exquisitez.

No podría cerrar la tarde sin un postre, la elección fue la del dulce de coco, helado de vainilla bañado con chocolate sobre coco horneado y almendra tostada, indiscutiblemente la cama compartida entre el coco y la almendra fue la gran protagónica del platillo.

Cabe referir que, además del excelente ambiente y alimentos, la atención del personal es muy atinada y oportuna, siempre atentos y con los platos puntuales. Así que, queridos amantes del buen comer®, si se encuentran en la tierra del tequila y los mariachis, no duden en salirse de los patrones nacionales a la hora de comer y déjense deleitar por este gran lugar.

¡Buen Provecho!

Amante del Buen Comer®