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Amante del buen comer®

Oaxaca la brava, sede de la cultura Zapoteca y Mixteca, aquella que apoyó a los españoles en plena independencia, cuna de héroes y villanos nacionales, foco rojo de la política nacional y caldero de movimientos sociales. Oaxaca la noble, dónde la Guelaguetza nos ilumina con sus colores, dónde sus playas nos abrazan calurosamente, dónde sus vestidos y bordados nos enaltecen ante el mundo, dónde sus sabores nos llenan el espíritu y el corazón.

Hablar de la gastronomía mexicana sin referirse a Oaxaca es como describir a una flor sin referirse a su aroma. Oaxaca es una de las cocinas más representativas de nuestro querido México y lo ha ganado gracias a su versatilidad, tradición, sabor, cultura y complejidad.

Oaxaca es sin duda un destino nacional digno de visitar todas las veces que sea posible. Con ello en mente, mi familia y yo decidimos cerrar nuestro 2018 en la mística capital del Estado. Así, mi 2019 inició con muchísima energía como la que emana uno de los estados más emblemáticos de nuestro país.

El espacio es breve, pero en esta publicación trataré de compartirles una probadita de los majestuosos sabores oaxaqueños. Incluso, dejaré para una futura reseña la experiencia vivida en Casa Oaxaca Café[1], el que fue mi favorito de este viaje.

Sabina Sabe[2]. Excelente lugar con versatilidad en su espacio y carta. Relajado y auténtico, Sabina Sabe enaltece la cocina Oaxaqueña con platos frescos e innovadores. Una ensalada de tomate, aguacate y flor de calabaza con vinagreta de chilhuacle fue mi rico recibimiento junto con un alivianado y preciso coctail trinidad (mezcal, whiskey y orgeat de cacao y pistache). Mi platillo principal fueron unos ravioles de maíz azul, rellenos de requesón y quelites con salsa de chapulines, ricas porciones que asimilaban más a pequeños tlacoyos cuya mezcla de sabores permeaba con gentileza en el paladar. El gran cierre estuvo a cargo de un delicioso créme brulée de calabaza en tacha.

 

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Trinidad (mezcal, whiskey, cacao y pistsche) #sabinasabe #amantedelbuencomer #drink #mezcal #whiskey #oaxaca #mexico #travel #deli #yummy #delicious

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Pitiona[3]. Uno de los restaurantes más concurridos por políticos y personalidades del espectáculo en el Estado, por su alta cocina de autor y su inigualable vista al templo de Santo Domingo es Pitiona. Ubicado en una hermosa casona cerca del templo referido, Pitiona ofrece una carta amable, con platillos sencillos y a la vez complejos digna de degustar. En esta ocasión la entrada estuvo dignamente presidida por unas croquetas de chapulín con mayonesa de cilantro que en cada bocado las ganas por seguir degustando se multiplicaban. Posteriormente opté por un clásico, un fideo caldoso como hecho en casa. Mi plato fuerte fue un espectacular cremoso de maíz quebrajado cocinado en barbacoa de lechón, chicharrón de moronga y lechón confitado, definitivamente una combinación complicada pero ampliamente ganadora con la fuerza de todos sus ingredientes y la diversidad de texturas que hicieron un delicioso juego al unísono dentro de la boca. Tristemente en esta ocasión el servicio no fue óptimo y la demora en los tiempos entre platos fue alta, razón por la cual el tiempo de postre ya no lo utilizamos.

 

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Croquetas de chapulín @pitionaoax @oaxtravel #amantedelbuencomer #food #foodporn #oaxaca #mexico #chapulin #yummy #delicious

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Mercado 20 de noviembre[4]. El lugar más icónico de la gastronomía oaxaqueña es su mercado, lo cual llena de orgullo a sus habitantes y deleita con gusto a sus visitantes. El mercado de las carnes, como también se le conoce, es un espacio en donde confluye un sinfín de olores, colores y sabores, que al pasar por sus pasillos deleita todos los sentidos de sus comensales. Aquí la variedad de alimentos preparados y de víveres para llevar a casa es enorme, por lo que una sola visita pareciera insuficiente. En esta ocasión mi familia y yo optamos por pedir el típico chocolate de agua con pan de yema y un plato oaxaqueño que incluía una tortilla de mole y otra de coloradito, rellenas de pollo, acompañadas con tasajo, cecina y chorizo… grandes sabores oriundos coloreando el plato.

 

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Catrina de Alcalá[5]. Ubicado en el Hotel Casa Catrina, la propuesta de este lugar es particularmente sobre cocina del Istmo de Tehuantepec, lo cual la diferencia de muchos otros lugares y permite a quienes la visitamos llevarnos sabores diferentes de otra región del Estado. Aquí pedí las enchiladas istmeñas que, si bien son de mole, el istmeño es dulce y mucho más caldoso, menos fulguroso y más pasivo, pero siempre delicioso y único. El relleno de las mismas fue de lechón tierno y el acompañamiento de pedazos de plátano macho frito, cebolla y crema, dieron al platillo una mezcla cadenciosa que me deleitó durante todo mi almuerzo.

Queridos amantes, no se pierdan la oportunidad de deleitarse en todos sus sentidos en este delicioso y hermoso estado. Les garantizo que, salvo que las huestes del sindicato lo impidan, su estancia será verdaderamente placentera y gozosa.

No quiero dejar de agradecer a mis amigos de Gluc por la invitación para colaborar con ellos, brindo porque esta aventura sea prospera, deliciosa y apremiante.

¡Buen provecho!

Amante del buen comer(r)

[1] https://www.casaoaxacacafe.com/php/spa/index.php

[2] https://m.facebook.com/SabinaSabeOaxaca

[3] https://pitiona.com/en/

[4] https://www.viveoaxaca.org/2011/01/mercado-20-de-noviembre-de-oaxaca.html

[5] http://alcala.casacatrina.com.mx/