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La historia en las culturas se convierte en un gran mosaico, construido por diversos tonos, formas para observar y comprender la realidad
. Como sociedad, como personas somos tesis y antítesis de nuestros propios argumentos y hechos, basta solamente con mirar hacia el pasado, recordemos la cosmogonía dual de las culturas prehispánicas en México, que son un referente para entender la dinámica social; el día y la noche, la vida y la muerte, hombre y mujer un complemento que hacen un todo para entender la configuración del universo, el Ometeolt.

Es de este modo como la actual administración retoma esos símbolos desde la toma de protesta del presidente Andrés Manuel, la insistencia de conectar y vincularnos con nuestras raíces, mediante el reconocimiento a los pueblos originarios, la emulación a los héroes nacionales y el recordatorio constante que la historia es parte del presente para seguir construyendo el futuro.

Pero ciertamente, al retornar estos símbolos de las grandes hazañas de los “hombres” me hace recordar que se ha hecho a un lado y que no se ha reconocido dignamente el esfuerzo y trabajo de las mujeres para la construcción de la patria.

En los grandes discursos políticos siempre se cita a Benito Juárez, Zapata, Villa etc, etc, pocas veces los hombres reconocen el papel histórico que ha tenido la mujer. Y lo que no se menciona, lo que no se le da importancia está condenado al silencio, a la indiferencia, esa  falta de conocimiento que lleva al “olvido”.

Fuente: hablemosdemitologias.com

Y en efecto, las mujeres mexicanas en política no han sido lo suficientemente reconocidas. Por eso seguimos pugnando, por el reconocimiento de nuestros derechos para la consolidación de la paridad de género y democracia paritaria.

Por ello,  con respeto  y solemnidad pedimos que las mujeres que han hecho historia sean recordadas,  visibilizadas como si fueran “los hombres que nos dieron patria y libertad” ahí tenemos por nombrar algunas, a Leona Vicario, Josefa Ortiz, María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio Barba, Mariana Rodríguez del Toro, Gertrudis Bocanegra y Hermila Galindo:

Quien en el Congreso Constituyente de 1916 alzo la voz para hacer reconocer los derechos políticos de las mujeres.

 “…la mujer mexicana, que no se ha excluido de la parte activa revolucionaria, no se le excluya en la parte política…la senda de la dignificación de la que en gran parte dimana la significación de la patria”.

Estas palabras me permiten reflexionar que nuestros fundamentos de educación deben dejar de cegarse selectivamente ¡porque las mujeres hemos estado y estaremos presente en el quehacer político siempre!