Twitter: @IngridScarlett
En torno a la historia del desabasto de gasolina o mala distribución hemos sido testigos de la muestra del egoísmo propio del ser humano entre las anécdota de fila muchos se han formado una y otra vez para comprar el “tesoro combustible” y revenderlo a precio de lujo.
Y es que el “pueblo bueno” necesita tener su tanque lleno. Y es que con la velocidad mediática al ser difundidas fotos y videos de las personas en la fila se desató un caos colectivo que propicio las compras de pánico.
En un eterno peregrinaje buscan y buscan hasta encontrar, es como una especie de apocalíptica experiencia por “sobrevivir” cargar suficientes litros de gasolina para su automóvil dispuestos a hacer lo necesario para obtenerla.
En estos días ha habido comentarios encontrados y los que utilizan auto han sido los que han criticado la falta de comunicación, logística e inexperiencia para manejar esta crisis. Esos los quejumbrosos también saben que la sustracción de gasolina está vinculada al problema de corrupción en nuestro país debido al mal manejo de PEMEX que data de muchos años atrás.

Seguro algo “inocente” pero siempre ilegal como perforar un ducto por necesidad hasta convertirse en un robos sofisticados, generando una actividad profesional y con mucho calculo operacional para sacar el oro negro de manera ilegal, un negocio redondo sintomático del contubernio entre huachicoleros, funcionarios y las gasolineras. Sin dudar todos coincidimos que el robo y saqueo de combustible debe ser sancionado.
Por lo pronto los mexicanos debemos ser creativos para transportarnos dejar de ver el automóvil como medio de transporte indispensable.
Hay que caminar por salud y nada pasa si de vez en cuando los automovilistas se animan a usar el transporte público.
Las opiniones están divididas pues se culpa al Gobierno Federal de su inexperiencia para manejar el tema. Los ataques y la polarización siguen generando división en el sentir de las y los mexicanos.
Pero de algo debemos estar consientes el oro negro no será eterno debemos apostar por nuevas fuentes de energía, autos eléctricos y en el caso de la Ciudad de México seguir mejorando el servicio del transporte público por el costo ambiental y en aras de contener el tráfico.
Lo más preocupante es el desabasto de ideas y argumentos sólidos en todos los sentidos.
¿A ti qué te indigna más?