Twitter: @AlfiePingtajo

Enero se ha ido y significa que restan 11 meses del 2020 para que éste llegue a su fin.

Ha sido un mes intenso, desesperanzador y doloroso.

Y para muchos el rumbo de la 4T ha dejado de ser una esperanza y se ha convertido en una gran decepción o enorme frustración.

En lo que va de este mes, el Presidente que prometió un libre tránsito a los emigrantes, ha endurecido la frontera al grado de que -sin querer o al propósito o víctimas de los acuerdos comerciales y transnacionales- el sur de México ha sido el muro que tanto desea Trump. Por otro lado, la violencia sistemática en la que se encuentra México ha ido en aumento y no vemos para cuándo ni sabemos cómo es que ésta va a disminuir; no existe o nadie nos ha compartido cuál es el plan para cumplir la meta. Y en este mismo tenor es comprensible que los familiares de personas asesinadas o desaparecidas hayan vuelto a marchar (convocados por Sicilia y los LeBaron), pues sus exigencias y peticiones no han sido atendidas; empero el mandatario de México -carente de memoria- no quiso recibir, el pasado fin de semana, a la Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad para no prestarse a “shows” y posteriormente los acusó de permanecer callados en el pasado.

A lo anterior habrá que agregarle los errores que han tenido en diversas áreas de la salud como el sonado caso del desabasto de medicinas para contrarrestar el cáncer en pacientes, en su mayoría, menores de edad. O la falta de astucia política para primero pactar con los Gobernadores la implementación del INSABI y querer implementarlo sin tener listo sus lineamientos de operación.

En el ámbito cultural sigue existiendo carencia en los pagos a la comunidad artística, irregularidad laboral con personal de honorarios a interior de la Secretaría de Cultura; sin olvidarnos que el FCE está operando programas de la DGP y a Educal aún sin haber concluido los procesos legales de la fusión; dicho de otra forma, están operando fuera de la norma.

A todo esto, habrá que sumar ciertas actitudes más cercanas al conservadurismo y a un nacionalismo retrograda como: la iniciativa que Morena y el Andan acaban de anunciar: doblar al español todas las películas que estén habladas en otro idioma (de por sí ya es extraño encontrar películas en su idioma original). A la comunidad del medio teatral y cinematográfico, al ANDA, se les está olvidando la urgencia de seguir exigiendo contar con Seguridad Social y otras tantas prestaciones propias de cualquier trabajador o pelear para que los espectáculos de índole teatral estén libres de impuestos, pues el Arte no tendría por qué tener impuestos.

Tampoco podemos olvidar la gran cercanía que tiene AMLO con la comunidad evangélica y las metáforas religiosas que ocupa en eventos de índole oficial.

Hay muchas actitudes de AMLO y su gabinete que nos acercan más un gobierno de tendencia ultraconservadora que de izquierda. El poco impulso para realmente exigir que sea apruebe en todos los Estados la no criminalización del aborto, la legalización de la mariguana y otras tantas reformas urgentes para ser un país verdaderamente libre y laico, son señales que preocupan y decepcionan.

Pero lo más terrible es que el PAN no ha logrado ser oposición, el PRI muere poco a poco y no logra ni ser oposición ni aliarse real y definitivamente con el partido en el poder, mientras que el PRD está en absoluta extinción: sin voz, sin presencia, sin nada. La oposición para provenir de las redes sociales, pero suele ser tan sin argumentos y tan visceral como los diversos defensores a ultranza de AMLO.

A México le falta elevar la calidad y los niveles de discusión, lo que generaría una auténtica democracia y al mandamás de México le falta garantizarnos el respeto a la libertad de expresión.

Muchos pensamos que con la llegada de Morena al poder se acabarían los tiempos en los ciudadanos, periodistas y trabajadores gubernamentales podríamos opinar sin riesgo a la represión, pero el panorama no parece mejorar y si no pregúntenle a periodistas y académicos como Sergio Aguayo, Lydia Cacho o Héctor de Mauleón. Opinar distinto parece un riesgo sumamente peligroso.

Urge que AMLO entienda que él y su gabinete entero son los responsables de proporcionarnos un país donde la liberad de expresión esté garantizada, así como nuestro libre acceso cualquier tipo de película y espectáculo en su idioma original.

Necesitamos autoridades que nos garantice tener la libertad de ejercer nuestros derechos a plenitud.