Twitter: @bufalolmangas
Si usted gusta de la cerveza artesanal, quizá ha escuchado de Insurgente, una cervecería fundada por allá de 2010 en la ciudad de Tijuana, Baja California.
Desde entonces se ha posicionado no solo a nivel nacional como uno de los emprendimientos cerveceros más importantes, sino que es consumida en Estados Unidos y Europa.
En tiempos donde la violencia había opacado a Tijuana, la Cervecería Insurgente posicionó a la ciudad como referente mundial.
Recientemente Consulta Mitofsky dio a conocer que Jaime Bonilla avanzó 9.1 puntos de aprobación entre los gobernadores estatales, entre diciembre de 2019 y enero de 2020. Pero en agosto de 2019 inició el acoso del gobernador de Baja California, a petición expresa de su hermano Alberto Bonilla, contra los cerveceros.
Justicia, paz y seguridad es nuestro compromiso contigo. No descansaremos hasta que la tranquilidad sea realidad en Baja California. https://t.co/FqgDhynVqj#GobiernoEnMarchaBC#PazySeguridad pic.twitter.com/cqzaZmSny0
— Jaime Bonilla Valdez (@Jaime_BonillaV) February 6, 2020
Bonilla se ha enfrentado a cuestionamientos desde antes de asumir la gubernatura, luego de la polémica ‘Ley Bonilla’, con la que el actual gobernador amplía su periodo de dos a cinco años. Hasta este momento la Suprema Corte declaró infundado recurso del congreso de Baja California y el análisis seguirá.
Mientras tanto, una de las obsesiones del gobernador es cerrar definitivamente a Cervecería Insurgente por la simple y sencilla razón de que las instalaciones de producción se sitúan frente al domicilio de Alberto Antonio Bonillla, quien desde el 2003 está a cargo de un negocio llamado Equipo Eficiente de Japón SA. De CV.
Desde que Iván y Damián Morales, junto con su madre María del Rosario Pérez Quezada, decidieron emprender el negocio cervecero, Alberto Bonilla se manifestó en contra del giro comercial, alegando que la venta de alcohol y el ruido afectaban la zona habitacional. Pero resulta que el inmueble de Cervecería Insurgente se encuentra en una zona comercial de Tijuana y cuenta con todos los permisos correspondientes para la producción y venta de su producto.
Al llegar Jaime Bonilla al poder, las presiones de autoridades municipales, estatales, de la Cofepris e incluso la Fiscalía estatal han llevado a una clausura tras otra. Inspectores, bomberos, personal del municipio o de Cofepris han puesto uno tras otro los sellos de clausura.
“Es lamentable que se pensó que vendría una nueva forma de gobierno con Morena y que están haciendo las mismas prácticas de influyentismo de otros partidos”, dijo Iván Morales, “nosotros venimos impulsando la economía local y del estado desde que abrimos y ellos nos quieren cerrar”.
Iván Morales ha emprendido acciones legales para defender su patrimonio, ya que cuenta con los permisos en regla para la operación de Cervecería Insurgente.
“La última vez alegaron que tapábamos las cañerías, pero la cebada que procesamos se la lleva un señor para utilizarla como alimento para animales; somos un giro sustentable y las autoridades ambientales han venido a tomar los registros”, agrega Morales.
Tras el acoso de los gobiernos estatal y municipal, la empresa ha tenido que reducir su plantilla de trabajadores y el crecimiento de 50 por ciento que habían tenido entre 2018 y 2019 se ha visto reducido al 1 por ciento desde la llegada de Bonilla.
“Hemos tenido que buscar el apoyo de otros productores cerveceros fuera del estado para mantener el negocio, pero sí hemos tenido pérdidas en las exportaciones”, menciona Iván.
Vaya fichita que ha resultado ser Jaime Bonilla desde su ambición por gobernar más tiempo del periodo que otorga la ley y por intentar cerrar un negocio local por capricho de su hermano.