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A una semana de la sorpresa que nos llevamos los ciudadanos por parte del Gobierno Federal con su estrategia en contra del robo de combustibles, la ciudadanía y diversos sectores de la sociedad se manifestaron con inconformidad. Por una parte, los ciudadanos que diariamente utilizan su vehículo para trasladarse de su hogar al centro de trabajo o para realizar otras actividades y, por otra parte, las empresas, desde los pequeños comerciantes o negocios hasta los grandes corporativos de productos y servicios que resultaron afectados por falta de abasto de combustibles.
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— Ludri Euzkadi (@ludrieuzkadiz) January 11, 2019
¿Una estrategia o un error?
Se le puede aplaudir a López Obrador por su iniciativa de combatir el robo de combustible que, durante muchos años ha sido el mal de PEMEX. No cabe duda de que es una idea extraordinaria, la cual tiene como objetivo acabar con la corrupción.
Fue un error al no contemplar dentro de su estrategia el abastecimiento ordinario en los estados de la República, sobre todo en aquellos donde la economía nacional depende en su mayoría por su producción, ya que sin el combustible no se puede realizar los trabajos diarios de las empresas, teniendo que aceptar mermas en la producción, distribución, ventas y ganancias. Queda claro que el cerrar los ductos que abastecen el combustible fue una medida drástica, pero con alto riesgo y graves consecuencias.
Ante este suceso, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) comunicó al tercer día de haberse implementado la estrategia contra el “huachicoleo” que es un desastre y México se encuentra en crisis por desabasto de gasolina, de acuerdo con fuentes periodísticas de Proceso y El Economista, el Presidente de la confederación señaló que de seguir con el desabasto México podría entrar en hiper crisis, paralizando a la economía nacional, por lo cual se podrían perder entre 5 mil a 10 mil empleos.
¿Cuál podría ser una solución viable a este problema nacional?
En primer lugar, el gobierno federal debería responsabilizarse por las consecuencias que se han generado con su estrategia. Las pérdidas económicas se incrementaron ocasionando inestabilidad en el mercado.
En segundo lugar, rediseñar su estrategia lo antes posible y virar hacia otras opciones factibles que den certidumbre al mercado, sobre todo a la economía y sociedad, ya que podría haber repercusiones de mayor impacto.
En tercer lugar, si han puesto a disposición al Ejercito para el resguardo y vigilancia de las refinerías, deberían utilizar el área de inteligencia militar para detectar los filtros en donde los huachicoleros roban combustible. De esta manera, se combate directamente con la asociación delictuosa entre civiles y, si se comprueba, la participación de servidores públicos y autoridades en cualquier nivel de gobierno. Hay culpables y responsables.
Reflexión
Ante situaciones de alto nivel y estrategia nacional se debe actuar con cautela. Al comunicar, ser responsable de lo que se dice, no mentir ni engañar a la ciudadanía, muchos menos echar culpas a quienes no son responsables de acciones propias.
Efectivamente, si hay desabasto que poco a poco se ha regularizado con apoyo de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), pero lo más relevante es que ha quedado en duda la capacidad de reacción del gobierno federal para atender situaciones de emergencia.
Tendremos que esperar los resultados de una excelente acción, pero con una estrategia ocurrente.