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Sobre la mesa

Hay dos partidos políticos en los que la división entre grupos es más visible. Morena, porque se trata del partido en el poder; por otra parte, el PRI porque renovará su dirigencia nacional, al menos eso pretenden. En Morena ha quedado claro el pleito mediático entre Yeidckol Polevnsky y Ricardo Monreal, motivado por la declaración de la dirigente nacional relacionada a que en Morena se han colado algunas sabandijas. El coordinador del partido dominante en la Cámara de Senadores, Monreal ha negado que la militancia esté infiltrada por malas personas.

Polevnsky ha sido señalada por algunos grupos como una mala dirigente. Si bien es cierto que aún no podría evaluarse su trabajo porque el crecimiento de Morena fue gracias a la figura de AMLO, es un hecho que detrás de las palabras de Yeidckol hay algo de verdad, aunque se molesten algunos. En la búsqueda por el poder, Andrés Manuel López Obrador aceptó alianzas con varios políticos de dudosa reputación, algunos calificados por el propio AMLO como corruptos, cuando no estaban con él.

Fuente: laotraopinion.com.mx

Los nombres son muchos y se suman a los que, de por sí ya traía López Obrador cargando en la espalda, como Ricardo Monreal que tiene muchos años viviendo de cargos públicos, especialmente en las cámaras de Diputados y Senadores. El pleito de palabras entre Polevnsky y Monreal es ocioso y sólo exhibe una división del partido en el poder; no es un secreto que a las filas de Morena se sumaron nombres cuestionables. Si la Mafia del Poder existe, buena parte está en Morena.

De hecho, estas alianzas continúan, en Puebla el Partido Verde irá en coalición con Morena, el mismo Verde que fue el primero en apoyar las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto que tanto ha criticado el actual Presidente. La división que enfrenta Morena no es una sorpresa, es algo natural por el poder que tiene.

Ahora el reto para Polevnsky será mantener unido a un partido en el cual hay muchos que buscan continuar creciendo, con la esperanza de ocupar el lugar que dejará Andrés Manuel López Obrador, uno de esos nombres es Ricardo Monreal, que a veces parece en campaña para el 2024.

Y mientras esto ocurre, en el RRI no se ponen de acuerdo. La crisis del revolucionario institucional no parece terminar con la renovación de la dirigencia. De todos los aspirantes a liderar el tricolor, no se hace uno. Alejandro Moreno, no ha renunciado a la gubernatura de Campeche y aprovecha su figura para promoverse, a eso hay que añadirle que Alito no es un gobernador de oposición, al contrario, es un gobernante a modo con el gobierno federal y maneja un discurso a conveniencia. Por otra parte, Ivonne Ortega está ligada al grupo de Atlacomulco y José Narro ya está a destiempo. Los tres cuadros tienen un desgaste, al igual que las siglas del partido.

Renovar la dirigencia con una elección no es garantía para la militancia, no lo es sino se eliminan las líneas políticas y mucho menos si el PRI no define cómo quiere conducirse: oposición, aliado o neutral. Es necesario que asuma una postura si quiere recuperar un poquito de lo tanto que ha perdido. Nos están matando En lo que va de 2019 son 4 periodistas asesinados en México. Una voz más que se calla entre un entorno de violencia que continúa y no se ve para cuando termine. Los esfuerzos del gobierno federal y los estatales no son suficientes.

El año pasado, nuestro país se posicionó como el tercer lugar mundial en asesinatos de periodistas sólo por debajo de Afganistán y Siria. Andrés Manuel López Obrador ha ofrecido respeto a la libertad de expresión, pero en un país en el que no se puede ejercer el periodismo sin temor, no puede haber garantía del respeto a la libre expresión.