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Sobre la Mesa
La siguiente semana se presentará en la Cámara de Diputados una iniciativa que cambiará el manejo de las finanzas públicas y el cuidado de la estabilidad económica. En San Lázaro se discutirá la aprobación de la Ley para crear el Consejo Hacendario de la Federación.
Se trata de un Consejo Fiscal como los que existen en países como España, Suecia, Alemania, Grecia, Reino Unido, Portugal, Francia, Finlandia, Perú, Chile y Colombia. En el 2006 el Fondo Monetario Internacional sugirió a México crear esta figura.

El Consejo Hacendario de la Federación será un organismo técnico consultivo, según la iniciativa que presentará ante el pleno la diputada Soraya Pérez Munguía. Este órgano dependerá del Poder Legislativo y estará al mismo nivel que la Auditoría Superior de la Federación.
La adscripción del Consejo será, quizá, la discusión central de esta iniciativa. Por un lado, la bancada de Morena quiere transformar al Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados. Por otra parte, en el PAN se apuesta por un órgano público autónomo, algo difícil de lograr si se considera que el partido en el poder lo que menos quiere son más órganos autónomos.
¿Qué tan necesario es un Consejo Fiscal? No sólo es necesario, a México le urge un órgano de estas características. Actualmente las finanzas públicas y la estabilidad económica en México dependen de varias instituciones, principalmente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)
La SHCP se encarga de integrar el presupuesto de egresos; en pocas palabras, es la que decide en qué se gastarán los impuestos. La Auditoría Superior de la Federación se encarga de vigilar que los recursos se ejecuten de forma correcta, que no haya desvíos pues. Pero, no hay nadie, salvo los diputados, que le digan a Hacienda si la distribución del presupuesto es la más adecuada.
Si consideramos que la formación de la mayoría de los legisladores no es economía, entonces concluimos que la Secretaría de Hacienda no tiene un contrapeso real.
A esto hay que sumarle que, sin un órgano técnico consultivo, las propuestas y pero aún, las decisiones que se toman rara vez tienen un estudio de impacto económico y, cuando el impacto es negativo, eso repercute en la estabilidad económica del país.
Un ejemplo muy sencillo, la iniciativa de Ricardo Monreal para eliminar algunas comisiones bancarias. Es cierto, algunas son muy altas, pero nos guste o no, en su mayoría las comisiones sostienen a los bancos, quizá reducirlas gradualmente era más viables, pero la propuesta radical de desaparecerlas de un plomazo tuvo repercusiones en la Bolsa Mexicana de Valores que vio su mayor caída desde 2011.
La estabilidad económica es vital para cualquier país por una razón sencilla: inversiones.
Los empresarios invierten en donde hay estabilidad, donde el dinero no estará en riesgo. En México tenemos que entender que el gobierno no es generador de empleo y lo que llamamos inversión pública – recursos gubernamentales – en muchas ocasiones son más gastos porque no son productivos.
En el tema de empleos, la función del gobierno es crear las condiciones para que las inversiones en el país generen empleos. Dar los incentivos fiscales necesarios a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) para que crezcan y eso se refleje en un crecimiento económico.
De ahí la importancia de órgano técnico consultivo que emita opiniones y recomendaciones a las instituciones involucradas en las finanzas públicas y la estabilidad económica y en donde los legisladores encuentren un apoyo para que las iniciativas tengan buenas repercusiones en la economía nacional.