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El gobierno del presidente Andrés Manuel López Orador enfrenta diversos cuestionamientos por el desabasto de gasolinas que se ha vivido en algunos estados del país y en la Ciudad de México, como consecuencia de la estrategia contra el robo de combustibles anunciada el pasado 27 de diciembre.
Todos aplaudimos la decisión del Gobierno de hacer frente a las mafias dedicadas al robo de combustibles y a la venta de huachicol. Pero también notamos la inexperiencia del equipo gobernante y la falta de una estrategia mínima para enfrentar a quienes viven de estas nocivas prácticas.
El desabasto de gasolina deja pérdidas por 4,600 mdp en 5 entidades y la CDMX, señala la Concanaco-Servytur https://t.co/hcTMp0Lq3z pic.twitter.com/7rMweLzpER
— Expansión CNN (@ExpansionMx) 17 de enero de 2019
Aquí algunas recomendaciones que podrían ayudar para enfrentar la contingencia:
- Crear un Grupo Especial para enfrentar la crisis que incluya a las principales autoridades involucradas en el combate al huachicol y las consecuencias que estas acciones tienen, como el desabasto de gasolina.
- Que este Grupo designe a un vocero que, mientras dure la crisis, convoque a los medios a la lectura de un reporte en torno a las acciones tomadas para paliar la situación.
- Las conferencias matutinas del presidente López Obrador no están surtiendo el efecto deseado. Incluso el presidente corre el riesgo de perder credibilidad por la constante exposición mediática, y la falta de apoyo documental a sus afirmaciones. Por ello, el vocero del Grupo Especial debe ofrecer información oportuna, sustentada y confiable.
- El Gobierno debe hacer una convocatoria nacional que permita al presidente reunirse con personajes relevantes, conocedores y expertos en el tema del combate al huachicol y el relativo al abasto de combustibles, a fin de armar una estrategia integral que encuentre soluciones efectivas para la crisis. Darle dimensión y contexto al combate al huachicol y sus consecuencias es fundamental en estos momentos.
- Advertir a la población de las reacciones de las mafias dedicadas al huachicol y las consecuencias que tiene el ataque a este fenómeno, que es cobijado por diversos grupos de interés y poblaciones completas que viven del robo y la venta de gasolina obtenida ilegalmente.
- Hablar con toda claridad, sin tapujos y poniendo al público al tanto de lo que está en juego en estos momentos. Ser empáticos es fundamental. No se puede pedir el apoyo social si la gente desconoce o no sabe el tamaño del problema que enfrentamos.
- Involucrar a todos los poderes de la Unión. En esta crisis el Ejecutivo se percibe sin el apoyo claro y contundente de los otros poderes hacia la estrategia planteada. Es un tema nacional que debe servir de puente para minimizar diferencias y maximizar coincidencias.
- Comunicar, comunicar y comunicar. Informar paso a paso de todas las acciones, medidas y consecuencias de este combate, incluyendo posibles costos, pero también los beneficios de actuar de esta manera. Cerrar el paso al vacío de información, la especulación, el rumor y la generación de pánico entre la población.
- Ser sensibles y empáticos. El Gobierno no ha sido sensible a las largas filas de automóviles que vemos para cargar gasolina, ni a las consecuencias económicas y sociales que esto tiene. Y, sobre todo, debe tomar en cuenta que esta situación no se puede alargar hasta llegar a un punto de no retorno, donde el hartazgo social detone en una crisis de impredecibles consecuencias.
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